Perdonen las molestias

Milagro verde

Nos preguntamos a qué diablos se dedica el concejal de Granito y Avenidas sin Sombra

La avenida de las Ollerías en una tarde de calor VALERIO MERINO
Aristóteles Moreno

Esta funcionalidad es sólo para registrados

LUCY Jones se libró del infierno del alcoholismo dando sanadores paseos por la naturaleza. Cuando escapó del averno, dedicó buena parte de su vida a descifrar las propiedades curativas del contacto con los árboles. Acaba de publicar «Perdiendo el edén» , donde revela datos asombrosos.

En el medio natural producimos menos cortisol, que es la hormona del estrés. Y disminuye la tristeza gracias a que reduce la actividad del córtex frontal subgenual. No nos pregunten dónde diablos se localiza esa zona cerebral. No tenemos ni idea. Lo que sí sabemos es que los urbanitas están menos expuestos a la «mycobacterium vaccae» , que, por lo visto, comporta efectos antidepresivos .

Las avenidas arboladas reducen la agitación del pensamiento y equilibran el sistema nervioso. Los investigadores Frances Ming Kuo y William Sullivan lo demostraron en un sorprendente ensayo social. Revisaron los atestados de los 98 departamentos más pobres de Chicago y constataron que cuando más verdor, menos delitos. El Ayuntamiento tomó nota. Y se gastó diez millones de dólares en plantar 20.000 árboles. En Filadelfia, ajardinaron los solares vacíos y comprobaron que la violencia armada, el vandalismo y los robos cayeron un 29%.

Parece magia. Pero es ciencia. La misma ciencia que demuestra que los fractales del brócoli , las hierbas o los relámpagos generan bienestar debido a las ondas relajantes que emiten. Y que el trino de los pájaros reduce significativamente los niveles de cortisona . O que los árboles desprenden una sustancia denominada « phytoncides », que aumenta la actividad de las células NK , cuya función es inmunológica y anticancerígena .

¿A que resulta abrumadora toda esta literatura neurocientífica ? Pues hoy día menos de uno de cada diez niños del llamado mundo desarrollado juega en zonas silvestres . Y no parece que vayamos a corregir este desatino en los próximos años.

Llegados a este punto, nos preguntamos a qué diablos se dedica el concejal de Granito y Avenidas sin Sombra . No queremos ser conspiranoicos. Pero pudiera parecer que mantiene intereses concordantes con la poderosa industria farmacéutica que gobierna la angustia vital del planeta. De otra manera no se entiende su desdén por los bosques urbanos ni su pasividad prevaricadora ante la hormona del estrés .

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación