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Aquel sombrero cordobés

Sobrevive como uniforme de caballistas, complemento indispensable del traje campero y en tiendas de recuerdos

Trabajo en la Sombrerería Rusi para la elaboración de un sombrero cordobés, en una imagen de archivo R. Serrano
Juan José Primo Jurado

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Me pasa mi amigo Juanma Fernández un simpático descubrimiento de Estudio y Acción, asociación cultural de nuestra ciudad, que rescata un artículo del periodista cordobés Francisco Quesada Chacón (1892-1974) publicado en ‘Blanco y Negro’ en 1957 . Se titula «Renacimiento del sombrero cordobés» y reivindica , frente al «sinsombrerismo», el uso de esta prenda típica de Córdoba «que, en otro tiempo, se extendió a toda España, no siendo extraño ver cómo cubrían sus cabezas con tal sombrero, altas figuras en las artes y en las ciencias, o nuevos elegantes, a los que daba aire varonil y castizo, en otras ciudades españolas y extranjeras».

Parece que el sombrero cordobés tuvo su origen en el chambergo de Flandes , que fue modificado en el siglo XVIII en Córdoba , al ser aderezado y endurecido, suprimiéndose, a la vez, el levantamiento del ala de un lado, la presilla y la pluma que llevaba. Ilustres cordobeses que inmortalizaron para lo posteridad en imágenes esta prenda de cabeza fueron los toreros Guerrita y Manolete , el pintor Julio Romero de Torres o el rejoneador Antonio Cañero . Visitantes ilustres de la ciudad, como el doctor Alexander Fleming, en 1948, o el presidente del Líbano Camille Chamoun, en 1957, también quedaron retratados por la prensa con él.

Se mostraba optimista Quesada Chacón por lo que parecía recuperación del empleo del sombrero cordobés , en decadencia de uso por la mayoría en esa mitad de los años 50. Lo reivindicaba como signo de elegancia y seña de identidad cordobesa, extendida más allá de las fronteras de nuestra «patria chica». Ignoraba el buen periodista de ABC, entonces, que los años 60 arrasarían con los «signos identitarios» , por supuesto en Córdoba también, y comenzarían a introducirnos en la moda en la «aldea global» donde seguimos.

Sobrevive en España el sombrero cordobés como uniforme de caballistas en ferias, romerías y espectáculos ecuestres, en complemento indispensable del traje campero y en cualquier tienda de recuerdos que se precie, como tocado atractivo para el buen turista foráneo… aunque sea gracias al marketing de los vinos de Jerez de la Frontera. Para lo demás siempre nos quedará la historia , hasta de cuando marcábamos tendencia en sombreros.

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