Rafael A. Aguilar - EL NORTE DEL SUR

La ampliación menor

Tal vez el proyecto de mejora que presenta el Hospital Reina Sofía sea más sensato pero queda lejos de los planes iniciales

Rafael A. Aguilar
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Poco. Parece poco. El plan de ampliación de las Consultas Externas del Hospital Reina Sofía, que se resume en la construcción de un nuevo edificio destinado a la atención de niños y madres, queda lejos, muy lejos, del ambicioso proyecto anunciado por la Junta de Andalucía para «refundar» el centro sanitario -el entrecomillado pertenece a una palabra literal de José Antonio Griñán cuando vino a Córdoba a darle bombo a la iniciativa, hace ya cerca de una década-. Cierto es que los tiempos corrientes son distintos a los de entonces: el rimbombante Plan de Modernización Integral (PMI) del complejo sanitario de referencia en la provincia salió del horno de las ideas de la Consejería de Salud cuando la crisis, que ahora empieza a sonar a algo de un pasado reciente sin que nadie quiera creérselo mucho, no había presentado sus credenciales.

Si el Ayuntamiento va a hacer un palacio de congresos con firma de estrella arquitectónica en Miraflores y Cultura ha puesto los cimientos de una vanguardista factoría de arte contemporáneo, nosotros no vamos a ser menos. Ese fue quizás el razonamiento de la cúpula de la sanidad pública andaluza. Pero esa carrera por no quedarse atrás del relumbrón de los inmuebles con sello icónico resultó de poco recorrido, porque si ha habido avances y mejoras en el principal hospital cordobés en estos años -que los ha habido- desde luego que no han estado a la altura del planteamiento inicial de la Administración autonómica, que apenas encuentra algo más que el flamante Instituto Maimónides de Investigación Biomédica (Imibic) para proyectar ante la sociedad una imagen de cierta pujanza del complejo sanitario, por más que sus áreas asistenciales cumplan discretamente con su cometido sin que suelan ser noticia.

De modo que tiene razón la Plataforma No Me Quites mi Hospital, nacida hace más de un lustro entre profesionales y pacientes al calor de la desazón por el encallamiento de Plan de Modernización, al sentirse defraudada por la Junta de Andalucía. Tal vez el proyecto que ahora está encima de la mesa sea más sensato y más real que el montaje de «powerpoint» que Griñán, que suficiente tiene ya con lo suyo, le mostró a la Prensa una mañana de 2007 en la Delegación del Gobierno de San Felipe. Pero esos médicos y esos familiares de los niños enfermos que se organizaron bien y fueron firmes y fuertes cuando comprobaron que todo lo que les habían contado y todo lo que habían leído en los medios de comunicación no era más que una serie de elucubraciones en torno a una maqueta -o a varias- se merecen una explicación, una disculpa. Porque encima ahora sienten que en los terrenos en los que quizás alguien les prometió alguna vez que iba a construirse un nuevo hospital posmoderno solo hay planes para cobrarles la hora de aparcamiento a un euro con cincuenta. Y hasta ahí podíamos llegar.

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