La Nazarena recorre las calles de los barrios de San Lorenzo y San Andrés en solemne rosario vespertino

En silencio, con el mero sonido que produce la oración, y el marcado estilo clásico que caracteriza a la hermandad del Nazareno. Así partió la cofradía en la tarde de ayer de su capilla para celebrar el rosario vespertino. Lo hizo además con un nutrido cortejo compuesto por 60 hermanos portando cirio, seis acólitos con cirial y las principales enseñas de esta corporación. Todo ello aderezado por el acompañamiento de numerosos cofrades y fieles que no quisieron perder esta cita cordobesa de la segunda del mes de septiembre.

El cortejo partió a las 20.30 horas de la iglesia del Nazareno. Arrancó con el rezo del primero de los misterios, pues los otros cuatro tendrían lugar en el interior de las iglesias de San Lorenzo –su parroquia- y San Andrés –templo al que le unen también lazos históricos-, entre los barrios de San Andrés y San Agustín y nuevamente en la entrada en la capilla.

María Santísima Nazarena, llevada sobre parihuela por 12 hermanos -un total de 40 se fueron turnando a lo largo del recorrido-, contó con un elegante exorno de flores, en el que dominaron las rosas de pitiminí color rosa palo y capullos de nardos. La titular se presentó asimismo con saya blanca bordada en oro, manto negro con bordados del siglo XVIII y un relicario del beato Padre Cristóbal de SAnta Catalina.

Poco después de las 23.00 horas y después de un trayecto no excesivamente caluroso, el cortejo entró en su templo con el mismo recogimiento y solemnidad que caracteriza al Nazareno.