Javier Cano
Javier Cano - LA VOZ

Javier Cano, el político que es tres veces Ciudadano

Entró en política con Ciudadanos por San Fernando, se reinventó en Ciudadanos por la Isla y terminó afiliado al partido de Rivera en apenas cuatro años

CÁDIZ Actualizado: Guardar
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La carrera política de Javier Cano Leal (San Fernando, 1964) es como una pastilla concentrada. Lo que a algunos les ha costado décadas forjarse, este abogado isleño lo ha recorrido en apenas cuatro años desde que se decidiera a dar el salto en 2011. Poco imaginaba aquel candidato de partido independiente que sería el rostro de otras dos formaciones políticas más en el mismo tiempo que dura un mandato.

Hoy interviene en el Congreso como un diputado experimentado, aunque la hemeroteca recoge los inicios accidentados del único diputado por Cádiz del partido de Albert Rivera.

Cano Leal mostraba abiertamente sus aspiraciones cuando se postuló para ser el candidato del PP a la Alcaldía de su localidad en las penúltimas municipales.

Lo hacía como independiente en un partido tradicional, lo que le daba pocas opciones de ser el candidato. El entonces presidente provincial del PP, José Loaiza, ocupó ese lugar obteniendo la victoria que le abrió también las puertas de la Diputación.

Pero aquello no frenó su ambición y decidió fundar un partido propio alejado de las siglas habituales. La fórmula fue Ciudadanos por San Fernando, que logró 3.000 votos y dos concejales. Nada tenía que ver esta formación con la que fundara Albert Rivera. Se trataba de un partido local, constituido por vecinos de la localidad que querían cambiar las cosas. Y pronto llegaron las diferencias. Javier Cano ejercía como portavoz del segundo partido de la oposición en el Ayuntamiento isleño, un cargo que no creyó incompatible con el ofrecimiento que le hizo el propio José Loaiza para ser el nuevo jefe de Personal de la Diputación provincial que él mismo presidía.

La directiva de la formación puso el grito en el cielo y pidió expresamente a Cano Leal que o bien no lo aceptara o dejara su acta de concejal. Pero no hizo ni lo uno ni lo otro, provocando el cisma que terminó con su expulsión y una guerra en los tribunales. En apenas unos meses había pasado de ser la cara visible del partido que venía a luchar contra la corrupción y los sobresueldos a convertirse en concejal de la oposición y cargo de confianza del mismo rival político.

Con el expediente de expulsión ya confirmado, anunció el cambio de nombre para su grupo municipal, que pasó a llamarse Ciudadanos por la Isla en una carambola de dudoso encaje legal. El propio Reglamento Orgánico Municipal recoge que tanto él como su compañera debían ir al grupo mixto, pero esquivaron tal alternativa con ese rebautizo contra el que el resto de grupos no tomó ninguna acción.

A la tercera va la vencida

Ya para entonces el hoy diputado había dimitido de su cargo como jefe de Personal por las presiones recibidas y se dedicaba a la política municipal durante el mandato más marcado por la crisis. Fue poco después cuando Albert Rivera comenzaba a pulsar a todas estas formaciones independientes para crear una estructura nacional de la que su partido carecía y que necesitaba si aspiraba a tener presencia en el Congreso.

Javier Cano Leal se vio pronto seducido por el proyecto del líder catalán y se integró de lleno presentándose a las últimas municipales ya como candidato del Partido de la Ciudadanía. El resultado fue mucho mejor que el anterior, arañando tres concejales en el Consistorio isleño y mostrando su valía para competir en las primarias por ser el cabeza de lista. Desde entonces todo ha sido un despegue y hoy comparte bancada con aquellos que acumulan décadas de experiencia en la Cámara.

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