Semana Santa Cádiz
Juan Carlos Romero: «Me considero más vestidor que bordador»
El artista gaditano, que acaba de ser reconocido por su trayectoria en la Semana Santa gaditana, asegura que «lo de vestidor me salía de dentro desde que era muy chico»
El bordador Juan Carlos Romero, premio Gota a Gota de Cajasol
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El bordador y vestidor gaditano Juan Carlos Romero Pérez es una de las personas que más aporta a la Semana Santa de Cádiz. Este artista forma parte de ese gremio que conforman los artesanos, floristas, doradores... y que junto a los mayordomos de las hermandades hacen cada vez más grande la Semana de Pasión. Su trayectoria y labor es incontestable. Y a modo de reconocimiento recientemente recibía el premio Gota a Gota de Pasión de la Fundación Cajasol. «Me alegró muchísimo porque a todos nos gusta que se reconozca una vida de trabajo... No es que yo sea más que el resto de los cofrades que no han sido galardonados. Pero hay alguien que se ha acordado de mi».
Juan Carlos Romero se inició en el arte del bordado de la mano del desaparecido Mariano Arce y actualmente desarrolla su labor en el taller de bordados Santa Lucía en la calle Beato Diego de Cádiz. De sus manos han salido obras importantes para distintos puntos de Andalucía y en Cádiz ha realizado entre otros trabajos la restauración del manto de salida de Desconsuelos de Afligidos y anda ahora inmerso en el palio de Victoria de Expiración. «Hemos terminado las bambalinas laterales queda la trasera y el techo, el palio de victoria me ha encantado hacerlo porque había que recrearlo y que quede un conjunto muy armónico, vistoso tiene poderío».
Pero además, y como novedad en esta Semana Santa, también llevan su firma los ropajes de las nuevas imágenes del Perdón, las dos Marías realizadas por el escultor Luis González Rey. «Se ha intentado que todo quede acorde, bordado, telas... La hermandad me ha dado vía libre siempre que todo vaya en conjunto claro está. Y he tenido que imaginar y recrear la escena para que no rompan los colores. Para que no destaquen pero no queden ocultas ni ignoradas. Luis y yo nos hemos puesto de acuerdo. Ha sido una fusión de escultor y vestidor porque si cada uno tiene una idea eso no puede quedar muy bien. Y tengo la suerte de que es amigo y poder hablar con él claramente».
A su vez este año Juan Carlos también ha ejecutado un banderín para Cartagena. Por ello el bordador coincide en el buen momento de la profesión. «Estamos en una época que las cofradías tienen un afán de superación que no tenían antes. Si sigue así ira subiendo la cantidad, la calidad, y vamos para arriba». Y con respecto a los bordados que llegan de otros lugares a un precio inferior y que no tienen la calidad necesaria explica que «entiendo que si tienes un presupuesto muy corto tengas que buscar opción b sabiendo que la calidad no es la que tú deseas, ahora, lo que veo mal es que utilicen las piezas bordadas aquí como publicidad suya. Utilizan nuestro trabajo para publicitarse ellos y después llega el engaño».
Vestidor, su vocación
No obstante aunque esta es su profesión, él mismo reconoce que «me considero más vestidor que bordador. Lo de vestidor me salía de dentro desde que era muy chico. Le dedico horas en mi casa. Cuando estoy sereno pienso cómo ponerlo... Cuando veo las telas, los encajes... Es una cosa que me ilusiona mucho el mundo de la Semana Santa y las imágenes».
En este ámbito Juan Carlos comenta que «siempre hay un precedente. Alguien que se enseña una imagen... En mi caso, Diego González López fue profesor en la Salle Mirandilla y tuve la suerte de caer en sus manos y con él aprendimos lo principal. Después hemos viajado y hemos aprendido e interpretado esas costumbres ajenas... Hemos recreado fotografías antiguas que eso está de moda ahora... Autodidacta se es en parte pero siempre hay unos cánones que se siguen porque te gustan las cosas».
Juan Carlos Romero viste en Cádiz Caridad de Las Penas, Trinidad de Medinaceli, Esperanza Cigarreras, Angustias del Caminito, Descendimiento, el Perdón y Afligidos y de todas ellas destaca hay algo especial. «Mi hermandad es Descendimiento, es mi familia. Pero todas, Trinidad, el Perdón, Caridad... todas tienen algo y más cuando llegan a ser parte de ti. Lo hago con cariño, no como algo profesional. Lo siento como parte de mi familia se que son imágenes pero para mi es como si tuvieran vida».
Y aunque su listado es extenso y su agenda apretada sí tiene tres imágenes que nunca ha vestido y que le gustaría hacerlo ocasionalmente: «Me gustan mucho Angustias de Ecce-Homo, Lágrimas de Piedad y Mayor Dolor de Buena Muerte».
En cuanto al momento de vestir a las imágenes comenta que «estoy en familia con una imagen a la que yo llevo años tratando y con compañeros, camaristas, priostes, que me ayudan. Me siento a gusto. Hay veces que sí, que le rezo antes de empezar o le pido algo, pero normalmente estoy como en mi casa». Lo mas complicado, asegura Juan Carlos, es «ponerle el tocado, los encajes, los paños que rodean la cara... ahí es donde estropeas a la imagen si te equivocas en eso puede salir desfigurada y después en el palio ponerla con el pollero y el manto es muy pesado».
Y en esa labor también vive momentos emotivos porque «hay imágenes que llevan cosas de personas que están enfermas o curadas. Hay personas que piden a ver si le puedes poner esto a la Virgen que mi madre está enferma para después ponérsela ella en el pecho... Saber que esa persona necesitada o dando gracias quiere que la imagen lleve esa medalla o ese broche a veces hasta escondido para que esté como bendecido por la imagen pues es muy emotivo».