Semana Santa Cádiz 2023

Fernando Pérez tira de gaditanismo y retransmite la Semana Santa de su vida

Emociona y traslada los sonidos de la Semana Mayor de Cádiz en un pregón ágil, directo y también reivindicativo

Fernando Pérez, pregonero de la Semana Santa de Cádiz 2023. Nacho Frade
Ana Mendoza

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Fernando Pérez ha anunciado su Semana Santa, la de Cádiz, la de su vida. La del niño que se asomaba al balcón de esa casa familiar en la calle más señorial de Cádiz, esa calle que durante tantos años fue epicentro de la Semana Mayor gaditana. Desde allí, desde la calle Ancha el pequeño Fernando conoció, descubrió y vivió la Semana Santa. Esa que con los años, como el pregonero, ha cambiado, ha madurado y ha evolucionado de la mano de la fe que es la luz para los cofrades.

La luz que tiene Cádiz ha guiado al pregonero de esta Semana Santa de 2023 hasta el atril, esta vez ubicado en el centro del escenario, del Gran Teatro Falla. En este Domingo de Pasión Fernando Pérez ha narrado una vez más excepcionalmente la Semana Santa. La retransmisión de su vida cofrade, la de un gaditano que desde esa casa de la calle Ancha se hizo hermano y devoto de la cofradía del estrecho, pero a la vez enorme en devoción y tradición, templo de San Pablo. Y sí, fue así, en aquel Cádiz setentero, como ha dicho el pregonero, con los rasos corintos gastados, y aquellos míticos negocios: Coímbra, El Siglo, Galerías... Los Italianos, como se hizo cofradiero desde el balcón de su madre Emilia y de la mano de su padre, Higinio, que le hizo gaditano del Ecce-Homo junto a su hermano Antonio.

Queda una semana para el Domingo de Ramos y la expectación ha sido máxima en el coliseo gaditano. La voz serena, pausada, clara y rotunda de un pregonero muy esperado se iba a apoderar del Falla. El alcalde de Cádiz, José María González, el obispo de la diócesis, Rafael Zornoza, la concejala de Cultura, Lola Cazalilla y el presidente del Consejo, Juan Carlos Jurado han sido los encargados de presidir el palco de autoridades. Junto a ellos se encontraban también el fiscal jefe de la Audiencia Provincial, Ángel Núñez, la delegada del Gobierno de la Junta en Cádiz, Mercedes Colombo, el decano del colegio de Abogados, José Adolfo Baturone y el intendente de la Policía Local, Pablo Rey. Candidatos a la alcaldía de Cádiz como Bruno García (PP), Óscar Torres (PSOE), Juan de Dios Sánchez (Cs), Ismael Beiro o Eugenio Belgrano también estuvieron en este pregón.

Hermanos mayores y representantes de las cofradías de Cádiz, numerosos amigos, compañeros de profesión de Canal Sur y otros medios de comunicación y familiares arroparon al pregonero en esta cita.

Sonaba en el Falla Soledad de Vera-Cruz. Y unos diez minutos más tarde de la hora prevista era Jesús Devesa quien hacía de nuevo los honores de presentación del acto. Tras ello el obispo de la diócesis, Rafael Zornoza conducía el rezo del Ángelus. A ese momento de oración le siguieron las marchas que interpretó la Filarmónica de Conil digirida una vez más por Francisco Javier Valle: Lágrimas de Cubiles y Ecce-Homo de Escobar por elección y petición del pregonero.

En el escenario, dispuesto por el mayordomo de la cofradía de San Pablo, Jesús Savona, no faltaban los detalles que hacían referencia a la hermandad del pregonero: la vara y la corona de espinas del Señor y el manto que realizara el propio Savona en 2022. En ese ambiente y con la máxima atención por parte de los asistentes, presentaba el periodista y hermano mayor de la Archicofradía del Carmen, Pablo Manuel Durio, al pregonero de la Semana Santa de Cádiz 2023. Su amigo no podía ocultar la emoción al recordar las vivencias que como cofrade y gaditano le unían al vocero. Terminaban ambos brindando sobre el escenario con vino de Sanlúcar.

Desde ese momento y tras los aplausos, tomó la palabra Fernando Pérez para anunciar la Semana Santa. Comenzó su texto, como un libro, con su introducción. Pedía la venia a Cádiz, con humildad y respeto. Dejaba claro el pregonero desde el primer momento que esta es su Semana Santa, la que quiere, la que defiende y la que siempre buscará que mejore. «Cádiz, te pido que me perdones cuando me enfadas por tu indolencia y no me das lo que te demando. Te pido que me aguantes un poco más y que me dejes decirte como podrías ser mejor. Y perdona mi insolencia y atrevimiento por pensar que yo soy el que debe hacerlo y por creer que puedes mejorar en todo, incluso en Semana Santa». Y de fondo sonaba la marcha La Esperanza de María de Virgen de los Reyes.

Comenzaba su historia en una habitación de hospital justo antes de esa operación quirúrgica a la que fue sometido el pasado mes de noviembre. Pasaba la vida lenta, como lo hacen las cofradías en nuestra ciudad, apuntaba pregonero. Y de ahí llegaba a su Semana Santa, a San Pablo, a las llagas de ese Cristo del Ecce-Homo ocultas por su manto. A sus hermanos: Isidro, Felipe, Cristóbal, Carlos, Melchor y don Francisco Arenas…

Eran los primeros, pero no los últimos a los que mencionaba un pregonero emocionado que tuvo un especial y sentido recuerdo por los que ya no están. Le quebró la voz un poco. A su padre. A Juan Manzorro, a Jaime Velasco, a Juan Gallango y Manolo Márquez... Y a recordados gaditanos que hicieron posible la Semana Santa: Alfonso Caravaca, Evelio Ingunza, Emilio Bartús, Sergio Larrinaga o Julio Pardo entre otros. Sonaba entonces, en homenaje a todos, la marcha La muerte no es el final y cantaba el coro de Julio Pardo.

Tras los agradecimientos, sentidos, sinceros, a las autoridades, al presentador, a los amigos y compañeros, comenzaba el pregonero su relato con sus recuerdos de cuando era un niño y descubrió la Semana Santa. Narraba sus primeras vivencias y se hacía presente de nuevo la música con Esperanza de Marvizón. Después hablaba de su madre, doña Emilia, presente en el Falla. Devota del Medinaceli. Su madre como centro de la familia. «Desde el cierro de la calle Ancha veíamos a mi madre pasar, con esa admiración de unos niños para los que su madre lo era todo. Mi hermano llorando sin consuelo cuando se alejaba y yo con cierta calma, y con cierta flema impropia de la edad, pensaba: «Volverá. Seguro que vuelve». Y así lo hacía. Siempre volvía». Se acercaba entonces el pregonero a doña Emilia en primera fila. Bajaba del escenario y la besaba.

Anhelaba Pérez en su relato, y así lo trasladaba, el paso de las cofradías por calle Ancha, su calle cofrade señorial. Y daba paso entonces a un siguiente capítulo, el de su hermandad y esos míticos lugares de encuentro, lugares del recuerdo: La Camelia, el Bar Cádiz, el Casino, el Recreo Chico... y lugares que aún resisten: el Bar Liba y cómo no, Los Italianos... porque el pregonero lo tiene claro: ¿qué es de una ciudad sin bares?, ¿qué es de un cofrade sin su encuentro con una cerveza o un vino generoso esperando que caiga ese otro «generoso» que convíe?

Pasaba Pérez de la inocencia infantil a la compleja adolescencia. Tertulias y largas noches en la casa de hermandad. Sus primeros viajes a Sevilla... hasta que entró de lleno en la vida de una cofradía. Recordaba entonces su etapa como consiliario, en la junta de gobierno. Su ilusión, sus ganas de aprender y corroboraba que Cádiz y su Semana Santa es un milagro.

Tan próximos al Congreso de la Lengua, se acordó también el pregonero del lenguaje cofrade de Cádiz, original y peculiar y sonó Esperanza Coronada antes de acercarse a María y a sus advocaciones. Culminaba el coro de Julio Pardo con Encarnación Coronada.

Empezaba entonces su recorrido por la Semana Santa de Cádiz desde la iglesia del Carmen un Domingo de Ramos, con ese Lunes Santo que inicia en La Viña. Y su día, el Martes Santo, su cofradía, la de su padre y la de su hijo. Alcanza la retransmisión el ecuador de la Semana Santa de Cádiz, el Miércoles Santo, y llegaba posteriormente al Jueves recordando aquel clásico: «Tres jueves tiene el año que relucen más que el sol: jueves Santo, Corpus Christi y el Día de la Ascensión«. Y criticando que «esto se nos está acabando».

Elogiaba el pregonero a quien es sin duda una de las personas que más ha hecho por la Semana Santa de Cádiz: Ramón Velázquez. Y después se detenía en el Nazareno y sonaba Gitano, Tú eres de Santa María de la banda de cornetas y tambores Rosario de Cádiz. Tras ello una saeta de Manolo Gago, brillante y muy aplaudida, y su Madrugá. Caían posteriormente el Viernes y el Sábado Santo. Finalizaba la crónica diaria con el Domingo de Resurrección en el que contrastaba la alegría como católicos con las lágrimas de Fernando y su hermano porque ya había acabado todo.

El pregonero continuaba con su texto. Su pregón, su historia, le llevaban a la radio y a sus compañeros, a su encomiable labor de trasladar la Semana Santa de Cádiz a sus oyentes. «Esa ha sido mi verdadera manera de pregonar la Semana Santa de Cádiz», decía.

En su conclusión tenía Pérez nuevamente un recuerdo a todos los que han hecho más grande la Semana Santa de Cádiz. Recordaba además a los cofrades el ser cristianos. Y pedía dejar las «rivalidades insanas, el odio y el rencor. Hay que perdonar siempre». Insistía, con un mensaje: «Quieran a todas las semanas santas sin denostarlas. Ni la suya es la mejor ni la de las demás es la peor». Humildad y tolerancia pedía el pregonero antes de su despedida en forma de versos: Ya dan las claras del día / Cádiz, levanta tu corazón / proclama con alegría / que empieza tu Semana Mayor... Hoy, Señor, ya he terminado / Solo Tú has sido mi inspiración / Ya dan las claras del día / Cádiz, escucha mi corazón / que proclama con alegría / ¡que ya acabó mi pregón!

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