Varios Samsung Galaxy Note 7 en una de las tiendas en Seúl
Varios Samsung Galaxy Note 7 en una de las tiendas en Seúl - REUTERS/Kim Hong-Ji

Samsung reparte un kit ignífugo para devolver el Note 7 mientras intenta vislumbrar un futuro incierto

La compañía reconoce que se trata de la mayor crisis que ha sufrido y no sabe de momento el impacto que tendrá en la confianza de los consumidores

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Samsung vive el peor momento de su historia. La paralización de la fabricación y venta del Galaxy Note 7, lanzado el pasado mes de agosto debido a los problemas -aún sin concretar- en las baterías, que ha provocado que más de un dispositivo ardiera, pasa factura al único gigante tecnológico que ha plantado cara a Apple.

Pero la ventaja del gigante surcoreano sobre los del Cupertino es ya historia. Al menos, de momento. Apple alcanzó este miércoles un nuevo máximo histórico en Wall Street (117,34 dólares). Aunque Samsung Electronics se ha recuperado este jueves en la Bolsa de Seúl después de su desplome del martes, la realidad es que lo que ha pasado con el Samsung Galaxy Note 7

tiene consecuencias, de momento, incalculables a ciencia cierta.

Estamos ante el mayor fiasco tecnológico de la historia que, de momento, ha obligado ya a la compañía a revisar sus resultados. Samsung ha reconocido, en un comunicado difundido este miércoles, tener que recalcular su pronóstico de facturación entre julio y septiembre. Y las previsiones de lo resultados han sido rebajados de manera sustancial: prevé ahora que sus ventas se sitúen en el tercer trimestre en unos 47 billones de wones (unos 41.852 millones de dólares), lo que supone un descenso del 4,09 % respecto a lo calculado inicialmente y un 8,94 por ciento menos con respecto a lo que se embolsó en el tercer trimestre de 2015.

Los analistas han advertido sobre la falta de alternativas de inversión ante la crisis de Samsung y su exceso de influencia en el mercado surcoreano, y prevén una depreciación continuada para el gigante tecnológico que podría tener consecuencias a corto y medio plazo para la empresa y para la Bolsa local.

«El episodio del Galaxy Note 7 representa la mayor crisis que nunca ha sufrido Samsung, y no está claro cuánto impacto tendrá en la confianza de los consumidores», ha señalado el analista Huh Nam-kwon, de Shinyoung Asset Management, en declaraciones a la agencia nacional Yonhap. En la misma línea, Song Myung-sup, de HI Investment & Securities, predijo que el lastre del incidente «seguirá pesando sobre los resultados de Samsung incluso durante el próximo ejercicio».

Pérdida de confianza

Poco a poco se irá desvelando cuánto pierde la firma surcoreana con respecto a otros ejercicios. Pero lo que es incalculable es la pérdida de reputación de la compañía. «Al margen de las considerables pérdidas financieras, soy bien consciente de las cicatrices que dejará en nuestros ejecutivos y empleados la situación desarrollada durante las últimas semanas», ha declarado Koh Dong-jin, director de la división de telefonía móvil de la empresa, en un correo electrónico dirigido a los ejecutivos y trabajadores de Samsung el martes, cuando el gigante surcoreano anunció que dejaría de producir el Galaxy Note 7.

El directivo de Samsung expresó su «frustración» por el caso y prometió que investigará las causas de estos problemas «cueste lo que cueste» con vistas a «restaurar la confianza de los consumidores en los productos de Samsung».

Desde Samsung España, insisten también: «Pedimos nuestras más sinceras disculpas a todos nuestros consumidores del dispositivo Galaxy Note 7 por no haber cumplido con los altos estándares de calidad que esperaban de Samsung», ha dicho la compañía en un comunicado. «Queremos tranquilizar a todos los consumidores de Samsung ya que el Galaxy Note7 es el único dispositivo afectado», insisisten.

Y es que el mensaje de la compañía, tras los más de 2 millones de terminales vendidos, es en parte alarmante: «Rogamos a todos los clientes del dispositivo Galaxy Note7 que, por favor, dejen de usar su dispositivo, lo apaguen y hagan un 'back up' de sus datos personales».

De hecho, Samsung ha enviado un kit especial para que los clientes puedan devolver el «phablet» en las mejores condiciones de seguridad. Se trata de un paquete, compuesto de tres cajas y guantes ignífugos, es decir, inflamables, ante posibles nuevos problemas de combustión.

«Un dispositivo que contiene una batería de iones de litio sujeto a una retirada debe ser enviado en conformidad a las regulaciones del gobierno, y estas cajas especiales son las requeridas por las regulaciones de Corea del Sur», ha señalado un portavoz, según Reuters.

El portal « XDA Developers» ha colgado un vídeo en Youtube en el que muestra cómo es ese kit especial para las devoluciones, las cuáles tienen que hacerse por vía terrestre, no en avión, por ejemplo.

Las medidas de seguridad detalladas incluyen una caja exterior, la más grande, con aislamientos térmico. Está forrada con papel de fibra cerámica. En su interior caben dos cajas más pequeñas, en las que debe ir el terminal bien sellado.

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