El líder de Podemos, Pablo Iglesias
El líder de Podemos, Pablo Iglesias - Óscar del Pozo

El papel de los vicepresidentes en otros países europeos

El líder de Podemos, Pablo Iglesias, ha expresado su deseo de ocupar ese puesto si finalmente su formación llega a un acuerdo con el PSOE de Pedro Sánchez

BERLÍN/LONDRES/ROMA/LISBOA/ATENAS Actualizado: Guardar
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Pablo Iglesias, líder de Podemos, lo tiene claro: «Entendemos que es razonable que Pedro Sánchez sea presidente del Gobierno. También es razonable que yo sea vicepresidente del Gobierno», anunció a la salida de su encuentro con el Rey el pasado 22 de enero, durante la ronda de contactos. Ahora que las formaciones mueven ficha, que las negociaciones continúan y que la incertidumbre política todavía planea sobre España, Iglesias mantiene intacto su anhelo por ese cargo. Un puesto que conlleva la obtención de responsabilidad y poder en nuestro país, aunque no tanto en los del entorno. Los corresponsales de ABC analizan el peso de esta figura política en otras naciones europeas.

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  1. Alemania: el vicecanciller, segundo en la jerarquía

    El socialdemócrata Sigmar Gabriel, vicecanciller de Alemania
    El socialdemócrata Sigmar Gabriel, vicecanciller de Alemania - AFP

    Rosalía Sánchez / Corresponsal en Berlín

    El vicecanciller de Alemania es el segundo cargo en jerarquía del gabinete ministerial y, en caso de la ausencia del canciller, asume sus funciones, que incluyen el refrendo y la firma de leyes federales y el intercambio de correspondencia con otras instituciones y órganos constitucionales. La Ley Fundamental precisa que no se convierte automáticamente en canciller durante el resto de la legislatura si el canciller muere o queda incapacitado, sino que el presidente debe pedir al parlamento que vote un nuevo jefe de Gobierno. No está precisado, sin embargo, lo que ocurre si el canciller dimite o se rompe prematuramente la coalición de gobierno.

    De acuerdo con la Ley Fundamental, es el canciller quien elige a uno de los ministros para ser vicecanciller. Dado que los gobiernos de coalición son comunes en la política alemana, en la mayoría de los casos el vicecanciller representa al socio menor de la coalición y es a menudo el presidente de ese partido. Durante décadas, el cargo de vicecanciller ha sido asociado a la cartera ministerial de Exteriores, aunque en la actual gran coalición de gobierno el presidente del SPD, Sigmar Gabriel, lo compagina con la cartera de Economía.

  2. Reino Unido: el vicepresidente británico, figura intermitente

    Nick Clegg, el exvicepresidente británico
    Nick Clegg, el exvicepresidente británico - REUTERS

    Luis Ventoso / Corresponsal en Londres

    En el Reino Unido no existe de manera permanente la figura del vicepresidente, aunque puede haberla en ocasiones. En la anterior legislatura la ostentó el líder liberal Nick Clegg, debido a que se había formado un gobierno de coalición de su partido con los conservadores. Pero esa situación no habría supuesto que Clegg fuese el sucesor inmediato del primer ministro en caso de producirse una contingencia que ocasionase un vacío en el número 10 de Downing Street. 

    Cameron no lo ha designado actualmente, aunque sí ha señalado a título testimonial al ministro de Economía, George Osborne, como primus inter pares. Sin embargo, eso no significa que lo sustituya inmediatamente en caso de baja. 

    La figura del vicepresidente no existe, ya que según la Constitución no escrita del Reino Unido la competencia formal de designar al primer ministro es del soberano, por lo que no puede ser constreñida por la obligatoriedad de tener que investir a un vicepresidente prefijado.

  3. Italia: un vicepresidente o varios, según las circunstancias

    Gianni Letta, ex secretario del Consejo de Ministros
    Gianni Letta, ex secretario del Consejo de Ministros - REUTERS

    Ángel Gómez Fuentes / Corresponsal en Roma

    En Italia la figura del vicepresidente del ejecutivo no existe en todos los gobiernos. Por ejemplo, en el actual gabinete presidido por Matteo Renzi no existe la vicepresidencia. En cambio, en el gobierno anterior, el de Enrico Letta, sí había un vicepresidente. Corresponde al primer ministro hacer el reparto de las carteras ministeriales, que por ley deben ser 13. Al interno del gobierno, uno o varios ministros pueden ejercer el cargo de vicepresidente, con la función, entre otras, de sustituir al primer ministro en caso de ausencia por viaje internacional o impedimento temporal. Un puesto clave en el organigrama del gobierno es el de secretario del Consejo de ministros, elegido discrecionalmente por el primer ministro, con la función de organizar toda la actividad administrativa del gobierno, recoger y elaborar las informaciones necesarias para poner en práctica el programa de gobierno. Por la importancia del cargo, suele ser el brazo derecho y hombre de la máxima confianza del primer ministro, quien suele delegarle las funciones más delicadas, caso, por ejemplo, de los servicios secretos. El caso más célebre de secretario del Consejo de Ministros fue Gianni Letta, hombre de la máxima confianza de Silvio Berlusconi, quien lo definió «un don de Dios a Italia». A Gianni Letta, tío carnal del exprimer ministro Enrico Letta, Silvio Berlusconi delegó la competencia de los servicios secretos. 

    Dada la inestabilidad política que ha habido durante décadas en Italia, a menudo se han tenido que formar gobiernos de coalición, negociando entre los partidos las diversas carteras ministeriales. Pero siempre el primer ministro y su partido han llevado la voz cantante. Es impensable, y de hecho nunca se ha producido, que un líder político, aspirante a formar parte del gobierno de coalición, haga pública su aspiración de adjudicarse determinadas carteras ministeriales, incluyendo servicios de máxima confianza o responsabilidad, como los servicios secretos.

  4. Portugal: el vicepresidente no existe

    El primer ministro portugués, António Costa
    El primer ministro portugués, António Costa - EFE

    Francisco Chacón / Corresponsal en Lisboa

    En el actual Gobierno socialista portugués no existe la figura de vicepresidente (hay que tener en cuenta que se trata de una república presidencialista). El primer ministro es António Costa.

    En caso de necesidad, el que tomaría las riendas del país es Augusto Santos Silva, ministro de Asuntos Exteriores. Se trata de un histórico del socialismo, pues ya fue ministro durante los mandatos de António Guterres y de José Sócrates.

  5. Grecia: el vicepresidente, equilibrio en el Ejecutivo

    Yanis Dragasakis, vicepresidente de Grecia
    Yanis Dragasakis, vicepresidente de Grecia - AFP

    Begoña Castiella / Corresponsal en Atenas

    El puesto de vicepresidente del Gobierno en Grecia es importanto, porque alivia al primer ministro de parte de sus responsabilidades, como acualmente sucede en el gobierno de Alexis Tsipras. También aporta equilibrio en gobierno de coalición: durante los meses de gobierno de conservadores y socialistas en la legislación griega anterior, el presidente fue el conservador Andónis Samarás y el vicepresidente el socialista Evánguelos Venizelos. Puede ser asimismo un puesto casi honorífico cuando en un gobierno el presidente quiere evitar problemas con otros políticos que han sido sus rivales dentro de su propio partido.

    En el caso del gobierno actual, el vicepresidente es el economistas Yanis Dragasakis, nacido en Creta en 1947. Se trata de un hombre discreto y educado, con traje y corbata cuando se necesita, que tiene como cometido actual la delicada coordinación de la política económica y social del gobierno. Miembro del Comité Central del Partido Comunista griego hasta 1991 y posteriormente de la Coalición de la Izquierda, viceministro en el gobierno tripartito de 1989 y varias veces diputado radical, fue también un competente vicepresidente del parlamento en la anterior legislatura. Siempre leal a Tsipras, ha sido el rostro serio y responsable del gobierno de coalición formado por los radicales y la extrema derecha nacionalista, un elemento tranquilizador durante los primeros meses en el que Yanis Varufákis sorprendía a todos en Bruselas. Eso sí, cobra menos que Tsipras: el sueldo bruto del presidente del Gobierno heleno es de 85.479 euros al año, mientras que su vicepresidente cobra 72.000 euros.

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