Las pirañas viven en los ríos de Sudamérica, excepto en los de Chile.
ARGENTINA

Un ataque de pirañas deja 70 heridos en un río de Rosario

Un grupo de palometas irrumpen en una zona de baño causando, entre otros daños, la amputación de un dedo a una niña

BUENOS AIRES Actualizado: Guardar
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Un ataque de palometas, comúnmente conocidas como pirañas, dejó un saldo de, al menos, setenta personas heridas entre los bañistas que se encontraban este miércoles en el río Paraná, en la ciudad argentina de Rosario. Entre los heridos se encuentra una niña de 7 años, a la que han amputado uno de sus dedos. El director del Sistema Integrado de Emergencia Sanitaria (SIES), Federico Corner, explicó que el ataque fue "explosivo", ya que "de forma inesperada, empezaron a aparecer personas con mordeduras en las manos y en los pies", tal y como ha recogido el diario argentino 'La Nación'.

"Se trata del primer suceso de este tipo que tiene lugar en esta temporada. Esto empezó después de la media mañana, cuando comenzaron a aparecer personas con mordeduras en los talones, los pies y las manos", detalló otro de los responsable de la asistencia a los heridos.

Asimismo, concretó que la menor, que sufrió la amputación de un pedazo de su dedo meñique de la mano izquierda, fue trasladada al Hospital de Niños 'Víctor J. Vilela', donde ha recibido la asistencia necesaria. En el que es el caso más grave registrado en esta jornada, marcada por las altas temperaturas -de cerca de 40 grados-.

Percibe la sangre

El Laboratorio de Ictiología del Instituto Nacional de Limnología (Inali), explicó que este animal percibe la sangre y, por ello, "cuando una de ellas muerde a alguien es muy probable que las otras se acerquen para atacar a otros". En este sentido, piden a los socorristas que, ante este tipo de casos, pidan a todos los bañistas que se retiren del agua.

De la misma forma, precisó que esta especie aparece cuando las temperaturas son altas. Según recoge el citado diario, hace unos cuarenta años las zonas de baño en este río, a la altura de Rosario, estaban protegidas por trenzados de alambres a unos cinco metros de la costa para evitar el ingreso de este tipo de peces.