El primer ministro griego, Alexis Tsipras, se dirige a sus simpatizantes durante el segundo congreso del Partido Syriza en Atenas
El primer ministro griego, Alexis Tsipras, se dirige a sus simpatizantes durante el segundo congreso del Partido Syriza en Atenas - EFE

Alexis Tsipras: «El Grexit no era un plan de izquierdas o radical, sino un plan de Schäuble»

Confesó que «no conseguimos terminar con la austeridad» y destacó que era más importante ser miembro del Comité Central del partido que ministro

CORRESPONSAL EN ATENAS Actualizado: Guardar
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Unas tres mil personas han aplaudido a Alexis Tsipras en la inauguración del segundo congreso de su partido radical Syriza, que se desarrolla en el antiguo edificio olímpico de Taekwondo en Faliro, a pocos kilómetros de Atenas.

El presidente de la formación y primer ministro comenzó su discurso recordando los últimos tres años trascurridos desde el primer congreso de Syriza con «una gran victoria popular, la negociación con los acreedores, el triunfo del referéndum, las segundas elecciones». Señaló que «tanto nuestro partido como el pueblo lucharon con fuerza y se mantuvieron de pie, teniendo ahora tenemos más experiencia».

Insistió en que la izquierda no tiene miedo y sigue dispuesta a luchar para proteger los intereses del pueblo. Una lucha que «estamos obligados a no abandonarla, que tenemos que ganar porque la salvación de los más vulnerables socialmente es parte fundamental de nuestro horizonte estratégico».

Necesidad de cambios

Para Tsipras lo importante en este congreso es contestar a una serie de preguntas sobre el futuro de la izquierda radical y su permanencia o no en la eurozona, sobre el significado de una izquierda en condiciones de bancarrota y asfixia económica y sobre la necesidad de luchar por cambios no solo en Grecia sino en Europa, destinados a conseguir una nación de igualdad y de prosperidad para todos en cinco años. Insistió en que la salida de Grecia del euro habría significado un saqueo instantáneo y la pérdida del dinero depositado por las clases populares griegas que tenían sus ahorros en los bancos del país y no en el extranjero. Y afirmó que el plan de la salida de Grecia del euro no era ni de la izquierda ni de los radicales, sino del ministro alemán Wolfgang Schäuble, mencionando que «la asfixia financiera funcionó como un chantaje constante».

Recordó que Syriza es hijo de la necesidad y del odio de los ciudadanos ante los gobiernos anteriores, cuando el PIB griego se redujo un 25%, se disparó el desempleo y los sueldos se redujeron de forma dramática mientras que el estado social se derrumbó. Y ahora se debe de insistir en la reducción inmediata de la deuda y en avanzar con ajustes que llevaran en los próximos cinco años a la reducción del desempleo consiguiendo reducir el paro en un 10% (supera ahora el 23%)

Afirmó que su partido tiene ahora la obligación de intentar acercarse a los socialdemócratas europeos con las armas políticas y teóricas de la izquierda. Mandó un mensaje a los socios europeos, recordando que su gobierno ha cumplido con lo que se acordó y que ahora tienen que cumplir ellos. Hablo de la necesidad del recorte de la deuda, del problema de la inmigración. Y aprovechó su discurso para hacer un repaso -sin mucho detalle- a todo lo conseguido por su gobierno desde enero del 2015: lucha contra la corrupción y contra la evasión fiscal, cambio en la concesión de las licencias televisivas y ayuda a los más necesitados.

Creación de un comité deontológico

Eso sí, Tsipras aprovechó para hablar de la estrecha relación entre partido y gobierno, de la importancia de corregir problemas entre ambos y de la necesidad de establecer una estrategia para que la política gubernamental no pueda existir fuera del partido. Afirmó que se necesitaba un comité central elegido en función de las necesidades reales del partido y una secretaría política que se convierta en el único centro político. Asimismo propuso la creación de un comité deontológico para juzgar cuando sea necesario y de forma muy estricta casos individuales. Porque Tsipras dejó claro que «es más importante para un miembro del partido ser elegido miembro del Comité Central que ser elegido ministro» y afirmó que ningún cargo ministerial «era concedido con criterio de permanencia», una indirecta que anuncia los cambios ministeriales que Tsipras deberá decidir a partir de la semana que viene.También invitó a todos los miembros del partido a ser «ejemplos de altruismo, desinterés y lucha social».

A la inauguración del congreso han acudido representaciones de la mayoría de los restantes partidos políticos griegos, aunque el partido comunista KKE no aceptó la invitación, ni tampoco el grupo político revolucionario Antarsía (Cooperación de la izquierda anticapitalista a favor del derrocamiento).

Entre las representaciones extranjeras, por parte española acudió la vice presidenta del Partido de la Izquierda Europea y miembro de Izquierda Unida y del Partido Comunista español Maite Mola. Representando a Podemos asistió Pablo Bustinduy, y por parte de Izquierda Unida Marga Ferré.

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