La otra guerra Trump-José Andrés

La campaña estadounidense sigue sin dar tregua a las paradojas y a los más variopintos enfrentamientos. No hay espacio para la neutralidad en uno de los procesos más crispados que se recuerdan. El penúltimo miércoles antes de la elección presidencial, que se celebrará el 8 de noviembre, acogió una jornada propia del reality show en el que el Donald Trump ha convertido su apuesta por intentar llegar a la Casa Blanca. El flamante hotel de Washington DC que lleva su nombre era inaugurado por el millonario un mes después de la apertura. En el número 1.100 de Pennsylvania Avenue, a las puertas del céntrico establecimiento, tan sólo a unas manzanas de la Casa Blanca, un grupo de antiguos empleados del imperio Trump protestaban contra el maltrato que supuestamente han recibido como asalariados del magnate.

Unos estados más al sur del país, en Tampa (Florida), casi a la misma hora, el cocinero español José Andrés se estrenaba en la campaña electoral interviniendo en un mitin en favor de Hillary Clinton. Era la visualización de un nuevo frente en la batalla que mantienen ambos después de que el célebre chef asturiano rompiera el contrato para gestionar un restaurante español en lo alto del hotel.

Ayer, José Andrés tuvo delante un estrado y un micrófono para recordar a los cientos de seguidores de Clinton los insultos que ha proferido Trump contra los hispanos desde que irrumpiera en la escena electoral. Ese fue el motivo de que el cocinero español, también nacionalizado estadounidense, decidiera desvincularse empresarialmente del millonario. De momento, se mantiene pendiente de dilucidar por la Justicia si esa ruptura fue justificada o si José Andrés deberá compensar a quien inauguró ayer oficialmente el que es, según presume, "el mejor hotel" de la capital de Estados Unidos.

Poco después de que el cocinero español presentara a la aspirante a primera presidenta de Estados Unidos y de que los fieles la felicitaran por sus 69 años cantándole el "Happy birthday" (Cumpleaños feliz), Clinton mostró su agradecimiento a José Andrés proclamando su valentía por haber tomado la decisión que hoy le enfrenta a Trump, y por hacerlo en defensa de los hispanos.

El candidato republicano volvió a hacer gala de su particular campaña electoral, que aprovecha a menudo para promocionar la marca que honra a su apellido. Junto a su mujer, Melania, y sus hijos Eric, Ivanka, Donald y Tiffany, la familia Trump cortó la simbólica cinta, poco antes de que el millonario pregonara las bondades del proyecto, en tiempo y forma: «El hotel se ha construido dentro del plazo y del presupuesto estimados». Una afirmación que concuerda con su insistente promesa de gestionar EE.UU. con la misma eficiencia de una empresa, lo que, a su juicio, se traducirá en «muchos puestos de trabajo» y una mejora considerable de las clases media y trabajadora. «Eso es lo que vamos a hacer y lo que quiero para mí país», culminó satisfecho.