Bárbara Rey: «No puedo tener amor sin sexo»

Volcada en el cuidado de su hermano enfermo, Bárbara Rey ha aprovechado su paso por Madrid (actualmente está casi todo el tiempo en Murcia) para acudir a uno de los almuerzos de la peña Cuarto Poder en Casa Lucio. Junto a su hija Sofía, la actriz habló de todo y por su orden, demostrando que es una mujer que no escatima titulares ni elude cuestiones. «Lo más duro de este año ha sido la salud de mi hermano y la muerte de un amigo por cáncer. En cuanto a lo mejor ha sido reencontrarme con mi tierra y recuperar a esas personas que siempre han estado ahí. Quiero quedarme en mi tierra porque después de vivir en Marbella siento que es una vida artificial ya que allí no tengo arraigo, me falta sentir lo que siento en Murcia, el amor y el cariño de la gente que de verdad me quiere», aclara.

Precisamente en este regreso a los orígenes, Bárbara también ha encontrado un hombre con el que reconoce que se siente feliz. «No puedo tener amor sin sexo, es algo que no me pide el cuerpo. No quiero hablar mucho de él pero reconozco que estoy a gusto, relajada y feliz. Yo no soy de las que me fijo en la profesión, sino en la persona», suelta entre plato de huevos estrellados y boquerones en vinagre.

«Siempre he sido muy generosa en el amor y eso no es bueno, pero no puedo cambiar», reflexiona en voz alta. Bárbara ya no habla de campañas contra ella o manos negras que impiden que trabaje en televisión, aunque «estuve a punto de entrar en ' Masterchef' y al final no me llamaron y daba el perfil perfectamente». En cuanto a las mil leyendas que circulan sobre su vida privada tiene una cosa muy clara: «No me gusta que me hagan daño ni tampoco hacerlo yo. Podría contar mis memorias pero nadie tiene libertad absoluta para hacerlo. Reconozco que hay personas que ojalá no hubieran estado en mi vida pero que sepa la gente que yo me he ganado todo a pulso», aclara.

«Se han escrito muchas falsedades de mí incluso en libros como el que firmó Pilar Urbano sobre el 23-F, cuando dijo que esa mañana yo recibí una llamada para que mis hijos no fueran al colegio y resulta que ese año ¡ni habían nacido!», explica cansada de acarrear ciertas etiquetas. Como musa de la transición Bárbara reconoce que los políticos de entonces no tienen nada que ver con los nuevos de ahora. «Me vas a comparar a Joaquín Garrigues Walker con Pablo Iglesias! ¡Anda ya! No se puede ni aproximar. Joaquín fue un hombre culto y maravilloso y de haber vivido más otra historia sería la de España. Era la persona más cualificada para ocupar el lugar de Suárez cuando se fue. La pena es que murió antes», recuerda. «Sé que siempre formaré parte de la historia a pesar de las falsas leyendas que circulan sobre mí. Si demandara a todos los que han hablado mentiras sobre mi vida tendría que vivir acampada delante del juzgado», puntualiza.