Pablo Echenique, Pablo Iglesias e Íñigo Errejón
Pablo Echenique, Pablo Iglesias e Íñigo Errejón - Maya Balanya

Iglesias fuerza a Errejón a una estrategia alternativa

Echenique anticipa cambios en el grupo parlamentario como advertencia a Errejón

Madrid Actualizado: Guardar
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Someterse o competir. El órdago de Pablo Iglesias obliga a Íñigo Errejón a tomar una decisión. Y a hacerlo rápido. La organización de lo que debía ser Vistalegre II, la segunda asamblea ciudadana estatal de Podemos, correpondía al consejo ciudadano estatal. Un órgano en el que los errejonistas cuentan con mayoría.

Pero el órdago que Pablo Iglesias lanzó el pasado lunes para convocar una consulta entre los inscritos ha cambiado las reglas de juego. Tanto Iglesias como sus afines se unen a las voces que defienden una organización más horizontal, que reste poder al secretario general. Pero hasta que esa nueva realidad se consolide, Iglesias está haciendo uso de todo el poder que le confieren los estatutos, que le confieren al secrteario general esta potestad de convocar consultas entre los inscritos.

Con su apuesta de consultar a las bases Iglesias ha restado poder al errejonismo. No es la primera vez que Iglesias recurre a este método para sortear al consejo ciudadano, en teoría máximo órgano entre asambleas. Lo hizo también para determinar la postura del partido en la investidura de Pedro Sánchez.

Asumiendo la demanda compartida de anticapitalistas y errejonistas, Iglesias ha asumido el «clamor» de apostar por un sistema más proporcional, pero a la vez ha tratado de zanjar la confrontación en Vistalegre II con una primera vuelta: entre el 18 y el 20 de diciembre los inscritos decidirán también si los documentos políticos se votan por separado o tienen que ir asociados a la presentación de candidaturas a la dirección. Tanto en la asamblea constituyente de otoño de 2014 como en las recientes primarias en la Comunidad de Madrid se utilizó este sistema. Que es el que querían mantener los errejonistas para evitar una confrontación directa y plantear una integración de listas.

Pero el golpe de timón de Iglesias obliga a Errejón a una estrategia distinta. El secretario político se comprometió, tras una decisión de Iglesias que le pilló desprevenido, a presentar sus propios documentos políticos y organizativos para «defender el Podemos con el que hemos llegado hasta aquí, el Podemos original». Pero si los inscritos apuestan por las tesis de Iglesias, Errejón se vería obligado a defender sus tesis con una candidatura alternativa al Consejo Ciudadano Estatal.

En el entorno de Errejón estos días se muestran convencidos de que «los afines a Pablo (Iglesias) están provocando el choque». Y niegan pretensiones por sustiuir a Iglesias: «No hay un número dos que quiera ser un uno, sino muchos tres que quieren ser número dos». El miércoles, Pablo Echenique dijo que no descarta «cambios» en el grupo parlamentario de Unidos Podemos, «No estamos aquí para mantener estructuras inmutables». Los errejonistas tomaron nota.

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