Alberto Ammann: «La boda y los niños forman parte de una fantasía real»

Los actores Clara Méndez-Leite y Alberto Ammann, pareja desde hace siete años, abrirán las puertas el próximo mes de septiembre la «Escuela para el Arte del Actor», en la que el cuerpo se convierte en el «instrumento principal», según explica el propio actor para ABC durante un evento de presentación del nuevo spot de la famosa marca de cerveza madrileña Mahou, «#UnSaborMuyGrande», en el que se narran historias de amor al sabor de la marca, y al que Alberto Ammann acudió como imagen de la firma cervecera.

La escuela, que comenzará sus clases el próximo mes de octubre, estará ubicada en la madrileña calle de la Palma, en el barrio de Malasaña, y dispondrá de un teatro de alrededor de 50 butacas en el que los alumnos podrán poner en práctica las enseñanzas recibidas y entrar en contacto con el público, y que contará además con programación independiente.

«Clara y yo hemos juntado sueños básicamente», explica el actor. «Ella lleva muchos años investigando el desarrollo corporal en la interpretación, no solo en mente», especifica.

Cuando se le pregunta si después de tantos años de relación tienen pensado pasar por el altar, el actor sonríe pícaramente: «Bueno, siempre hay fantasías sobre eso pero nada fijo», y añade, «nuestro plan de futuro es estar juntos. Los detalles de casamientos, niños y todas esas cosas forman parte de una idea que planificaremos algún día», dice asegurando que a día de hoy la escuela les requiere el 90 por ciento de su tiempo y prácticamente no pueden centrarse en nada más: «Estamos haciendo malabares para gestionar todo», aclara en referencia al poco tiempo libre del que disponen.

El actor argentino reside en Madrid desde hace más de 13 años y, aunque no olvida su ciudad natal, considera la capital como su hogar. «Es inevitable olvidarme de Córdoba (Argentina) porque ahí es donde me construí como persona, pero aquí en Madrid me siento como en casa», cuenta a ABC que cuando llegó a nuestro país «les contaba el cariño que tenía por esta ciudad y me recordaban que la primera vez que monté en bici fue en El Retiro, por lo que España también forma parte de mi infancia y, en general de mi vida».

Sus inicios

Alberto Ammann comenzó trabajando en Madrid como camarero hasta que consiguió su primer papel en la serie «En plan América», un pequeño papel secundario que a los pocos meses superó con su actuación en «Celda 211». «Aunque aquí parezca que tengo mucho acento, cuando voy a Argentina me dicen que lo he perdido todo. Me llaman ‘el galleguito’», confiesa entre risas.

De cara al verano, Ammann no puede permitirse irse de vacaciones: «Este es el tercer año que me paso todo el verano trabajando», y añade, «me he acostumbrado que mis vacaciones no coincidan con las del resto», explica con cierto conformismo. Sin embargo, añade con la humildad que le caracteriza: «Me quedo sin verano pero celebro tener trabajo, por lo que mis vacaciones son una preocupación menor. Doy gracias frente a la situación de muchísimos compañeros», concluye de manera tajante.