Kiko Rivera, Chabelita, las noches de fiesta y una tonadillera sola ante el peligro

Todo empezó en La Pera, la casa que Isabel Pantoja tiene en Marbella (Málaga). Eran las once de la noche del 2 de mayo de 2007 cuando la tonadillera, que estaba acompañada por su madre, Doña Ana, su hermano, Agustín, y su hija, Isabel (Chabelita), era detenida. Faltaba bajo el techo del hogar una pieza clave en el clan de la cantante: su hijo, Kiko (Paquirrín entonces para el común de los mortales), que, según relataba Beatriz Cortázar en las páginas de ABC, «había salido». Aquel día era miércoles, que no es precisamente la noche más animada de la semana, pero también es cierto que al tercer descendiente directo de Paquirri nunca le ha hecho falta una atmósfera concreta para ir a tomar unas copas.

No obstante, la citada periodista tampoco acalara dónde se encontraba en ese momento el joven, que bien podría estar dedicado a otros menesteres de mayor calado.

Siete años después, la que sí se fue de fiesta fue Chabelita. Ocurrió el pasado 31 de octubre, cuando «Isabel II» no se quiso perder la noche de Halloween con sus amigos. Aquel último viernes del mes, el futuro judicial de su madre era poco alentador: el plazo de diez días para abonar la multa por blanqueo de capitales y entrar en prisión por una condena de dos años, había expirado. Una circunstancia que no debió importar demasiado a la joven, que se disfrazó de «cat woman» para la ocasión. Un día después, Kiko también estuvo en una fiesta: actuó como Dj en una discoteca almeriense. Pero el trabajo es sagrado.