Interior del bar-museo que regenta Joaquín, de 65 años
Interior del bar-museo que regenta Joaquín, de 65 años - FOTOS: DE SAN BERNARDO

Un templo madridista tiene los días contados por la mudanza rojiblanca a La Peineta

El bar Akelarre, histórico reducto de la afición blanca, afronta con incertidumbre la próxima temporada

Su dueño dice que todos son bienvenidos. «Mi idea es que sea un espacio de amistad entre los dos conjuntos»

Madrid Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

A poco más de 500 metros del estadio de La Peineta (próximo estadio del Atlético), los dueños del bar Akelarre (Nicolasa Gómez, 104) viven días de incertidumbre. Abierto desde el año 86, basta un simple vistazo a la entrada para entender que aquí, la convivencia con la nueva parroquia rojiblanca, no será fácil. Por imposible que parezca, el negocio de Joaquín y Mari pasará a ser, en apenas cinco meses, un templo del madridismo en la nueva reserva india. «Estamos tranquilos, pero veremos a ver...», relatan, con cierto aire de desasosiego.

Con 65 y 63 años, respectivamente, este matrimonio aguarda a la edad de jubilación de Mari para agarrar el petate y marcharse a Málaga, donde reside su única hija.

«Pensábamos esperar dos años y después traspasar el local», prosiguen, conscientes de que igual deben adelantar forzosamente sus planes. Aunque en la Costa del Sol espera impaciente su nieta de cuatro años, no es fácil dejar atrás infinidad de recuerdos. Por el Akelarre, local angosto y castizo, ha pasado parte capital de la idiosincrasia blanca; allí han cantado la séptima, la octava, la novena... la décima y la undécima. «Llevábamos unos años difíciles, pero desde Lisboa hemos vuelto por la puerta grande», expresa orgulloso Joaquín.

A pesar de que el desembarco del conjunto del Cholo coloca en el disparadero al local, sus propietarios no tienen intención de pedir algún tipo de protección. «No la queremos, porque nuestro deseo es evitar provocaciones», afirman, mientras revelan que probarán a abrir al principio de la próxima temporada a ver qué es lo que sucede. Si la cosa se pone fea, cerrarán. No obstante, invitan a cualquiera a comprobar el ambiente que allí se respira. «Todo el mundo es bienvenido», proclama Joaquín, convencido de que aquellos que entren, repetirán sin dudarlo.

Fachada del bar Akelarre
Fachada del bar Akelarre

Decoración del local

Durante años, el bar no cobraba a los clientes ningún tipo de consumición mientras el Real Madrid estuviera jugando sobre el césped. «Tuvimos que dejarlo, porque muchos chavales venían solo durante el partido y luego se marchaban», explica el mismo hombre que recibe a ABC con la segunda equipación del club merengue. «Tengo 185 camisetas y todos los días del año me pongo una», continúa. En todas ellas, un solo número tiene cabida a la espalda: el siete. «Por Juanito; para mi nunca habrá otro igual», incide, recordando que antes del Akelarre montó un bar en Vicálvaro donde toda la decoración estaba bañada en homenaje al difunto jugador malagueño.

Después de aquello, él y su mujer trasladaron los bártulos al distrito de San Blas-Canillejas y fundaron su particular museo merengue. Las fotos, las banderas, los cuadros y hasta las servilletas guardan el aroma del reconocido como mejor club del siglo XX. Pero no siempre fue así. Hubo una época en que parte del local estaba acompañado de estandartes colchoneros. «Yo soy socio del Madrid desde el 66, pero mi mujer es del Atlético», reconoce el propietario, al tiempo que planea recuperar algunos de los enseres: «Mi idea es que sea un espacio de amistad entre los dos conjuntos».

«En el barrio me conocen por el del sifón porque cada vez que marca el Madrid lo agarro»
Joaquín , dueño del bar Akelarre

El Akelarre ha sido testigo de numerosos reportajes. «Han venido televisiones chinas, italianas por Cassano, y, por supuesto, españolas», desgrana. Incluso, allá por el año 2000, fue escenario de un spot de Rebook, por el que recibieron 3.000 euros. «Y a los clientes que estaban les ofrecieron otros 100 por salir en el anuncio», suscribe Joaquín, quien no duda en agarrar el sifón cada vez que marca el equipo de sus amores. «En el barrio me conocen como el del sifón», apunta tras la barra de un bar por el que se han dejado ver, entre otros, el actual presidente, Florentino Pérez, y su antecesor, Lorenzo Sanz.

Superada la resaca del derbi de ayer, son muchos los clientes que cuestionan cuanto tiempo aguantarán. «Si nos dieron un euro por la misma pregunta, ya nos habríamos jubilado», advierten sin perder el humor. Mientras tanto, abrirán el negocio como todos los días. Desde las 10 hasta después de cenar. Eso sí, siempre y cuando no haya fútbol. En las grandes citas, Joaquín y Mari retiran las mesas y convierten el Akelarre en un foco de animación madridista. Palabras mayores en vista de lo que se avecina.

Parte de los estandartes madridistas que adornan el establecimiento
Parte de los estandartes madridistas que adornan el establecimiento
Ver los comentarios