De izquierda a derecha, Jose Antonio Gay, Débora Franco y David Rey, socios fundadores de Monet
De izquierda a derecha, Jose Antonio Gay, Débora Franco y David Rey, socios fundadores de Monet - CEDIDA
LAS MIL GALICIAS | LA TIERRA QUE EMPRENDE (II)

El viñedo, en el smartphone

Débora, David y Antonio estudiaron juntos en Vigo. En 2012 tuvieron una idea. Hoy viven de ella contratados por casi una docena de bodegas españolas, entre ellas, la de Peter Sisseck

Santiago Actualizado: Guardar
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Con Monet Viticultura es posible imaginar a un bodeguero tumbado en su cama, en pijama, aún sin sacudirse las legañas, cuidando de su viñedo. Lo hace desde su smartphone gracias al sistema ideado por Débora Franco, David Rey y Antonio Gay, tres amigos treintañeros, ingenieros de telecomunicaciones, que en 2012 tuvieron una idea que no han parado de perfeccionar con un único truco: «Escuchar al cliente», cuenta su directora de negocio. Con esa fórmula y con sus algoritmos en base a distintos parámetros ambientales, ofrecen una previsión cada hora del día que ayuda a «reducir la incertidumbre y a establecer el riesgo de que las plantas sufran una enfermedad fúngica» y se trunque la cosecha.

Desde Vigo, donde estudiaron y dieron sus primeros pasos como investigadores, han llegado ya a once clientes de las cinco denominaciones de origen gallegas y de otras como Ribera del Duero, Cigales y Rioja. Entre ellas sobresale Hacienda Monasterio, cuyo enólogo es Peter Sisseck, uno de los más reputados a nivel internacional. Todos los han logrado desde el 10 de marzo de 2014, la fecha en la que se constituyeron como empresa tras pasar por algunos de los proyectos de emprendimiento más destacados de la Comunidad: Incuvi-Emprende, Vía Vigo y el Galicia Open Future, la aceleradora de empresas nuevas que Telefónica tiene en Santiago y en la que fueron uno de los tres ganadores.

Camino hacia Chile

Estas experiencias les ayudaron «a definir el modelo de negocio», pues antes de decantarse por el sector vitivinícola pensaban aplicar su tecnología a todo el ámbito agrario. Después comprendieron que ese salto debía ser posterior y que era mejor debutar en el terreno que conocían. Mientras los viñedos se llenaban de «hardware», es decir, de estaciones meteorológicas, se decantaron por impulsar un «software», o lo que es lo mismo, una plataforma online donde el responsable del cultivo recibe «masticados» los datos que necesita para gestionarlo «y que no es capaz de afrontar solo». Un semáforo le informa de la situación esté donde esté y le da otra serie de utilidades especializadas.

«No hay que tener miedo a contar tu idea porque te la vayan a robar. Eso se ha quedado obsoleto»

El camino está lleno de retos: seguir extendiendo su marca por España y pronto alcanzar nuevos mercados: Portugal, Italia, Francia e incluso Chile. Para conquistarlos, volverán a tener en cuenta una premisa: «Muchas empresas venden lo que saben hacer, nosotros no. Vendemos lo que el cliente necesita de nosotros», detalla Débora, quien recuerda que no basta con «tener una idea genial, hay que ver cómo encaja en el mercado; rodearse de un equipo multidisciplinar; saber delegar —Monet tiene, por ejemplo, una ingeniera agrónoma contratada— y, sobre todo, no tener miedo a contar tu idea porque te la vayan a robar. Eso está obsoleto. Si la cuentas, tendrás más».

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