Ferreiro, Noriega y Suárez en un acto en Santiago de Compostela
Ferreiro, Noriega y Suárez en un acto en Santiago de Compostela - M. MUÑIZ

La crisis interna del PSdeG dinamita la relación con las mareas locales

Los dirigentes socialistas reclaman su autonomía y marcan distancias con la gestión de los alcaldes «rupturistas»

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Todavía no hay una decisión tomada, pero la relación entre los alcaldes de las mareas y el PSdeG se hace cada vez más difícil. Pasadas las elecciones autonómicas, fue el alcalde de Vigo, Abel Caballero, quien volvió a retomar su argumentario y a calificar, hace tan solo dos días, de «calamidad» al alcalde de Ferrol, Jorge Suárez. De manera sucesiva se fueron produciendo pronunciamientos de Mar Barcón en La Coruña y Beatriz Sestayo en Ferrol para separarse de los «rupturistas». Ayer mismo, y en declaraciones a ABC, la portavoz en la urbe naval aseguró que «la relación con Suárez ya era imposible y así estamos más tranquilos».

También a las pocas horas del estallido de Ferrol, el portavoz de Santiago, Paco Reyes volvió a la carga en la capital gallega y remitió un comunicado en el que criticó severamente al regidor de la capital, Martiño Noriega, por no ofrecer información sobre la asesoría jurídica del ayuntamiento.

La desconfianza entre los partidos de la izquierda fue siempre una constante, pero el empeño del candidato socialista a la Xunta, Xoaquín Fernández Leiceaga, y de la gestora de promover un acuerdo para desalojar al PP neutralizó las tensiones locales. Incluso los portavoces tuvieron que bajar la intensidad de sus intervenciones para no dañar el entusiasmo de Leiceaga por conformar una «alternativa de cambio liderada por el PSdeG».

Tan solo unos días despúes l os dirigentes provinciales del PSdeG ya no guardan silencio. La secretaria de Organización de Orense, María Quintas, aseguró a ABC que «las mareas no tienen interés en pactar con nosotros porque pretenden nuestro espacio». También la exdirigente Carmen Gallego aseguró a este periódico que «lo que tienen que saber los ciudadanos es que tenemos un proyecto propio y diferenciado de las Mares, que nuestro adversario es el PP y no vamos a sumarnos a ninguna marea porque tenemos partido y proyecto para España y Galicia».

En esta misma línea, algunos dirigentes locales como la compostelana Mercedes Rosón, de tendencia galleguista como Leiceaga, admiten la dificultad de «diferenciar el proyecto socialista» y, también, la «complicación de administrar la oposición para no convertirnos en una muleta de Podemos, porque, tal y como dice el presidente Pérez Touriño, tenemos el reto de rearmarnos de ideología». También el diputado por Pontevedra Abel Losada introduce matices en este nuevo desafío que se plantean los socialistas. Losada entiende que «el PSdeG debe apoyar todas las políticas que respondan a su concepción ideológica, no hacer seguidismo gratuito y sobre todo ser claro». Además, el profesor de Historia Económica manifestó a este diario que «el PSOE tiene que llevar adelante procesos reformistas radicales con la finalidad de ganarse la confianza de los ciudadanos».

El conflicto interno

El estallido del conflicto en el PSOE también visibilizó las diferencias de matiz en torno al entendimiento con las mareas asociadas en muchos de los casos a la «supervivencia personal». Según algunos dirigentes socialitas gallegos «en el PSdeG no existen dos almas ni se plantean discusiones ontológicas sobre el fin que debe tener el Partido Socialistas, sino que se trata más bien de una cuestión de supervivencia política». Algunos dirigentes entienden que «no están en discusión las alianzas con el Partido Popular o con En Marea, sino la continuidad de determinados dirigentes en el aparto del partido».

En todo caso, la resolución del conflicto en Madrid y el liderazgo que surja de un eventual congreso federal condicionará el desarrollo de la estrategia en relación con los populistas. Y en medio de este vaivén de declaraciones cruzadas, algunos socialistas están alarmados de la «utilización que hacen diversos sectores de la opinión pública vinculados a la izquierda radical de nuestra hoja de ruta y de nuestros planteamientos».

La salida al conflicto planteado en las tres ciudades está condicionado a la resolución de la crisis interna del PSOE. La gobernabilidad de las ciudades tendrá que esperar para despejarse, pero «la evaluación» de la colaboración con «los alcaldes del cambio» se hace necesaria, apuntan fuentes socialistas. Ahora es el «turno de salvar al PSdeG-PSOE».

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