Alberto Núñez Feijóo acompañado ayer por la presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes; la vicepresidenta del Gobierno,Soraya Saénz de Santamaría; la presidenta del Congreso, Ana Pastor; y la secretaria genral del Partido Popular, María Dolores de Cospedal
Alberto Núñez Feijóo acompañado ayer por la presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes; la vicepresidenta del Gobierno,Soraya Saénz de Santamaría; la presidenta del Congreso, Ana Pastor; y la secretaria genral del Partido Popular, María Dolores de Cospedal - EFE

Carrera al 25-SNúñez Feijóo ofrece estabilidad ante una izquierda «medieval»

El presidente de la Xunta y candidato por tercera vez a la reelección, confía en mantener la absoluta si recuperan un 70% de votos de C’s

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Alberto Núñez Feijóo dice ser un «inconformista», y con ese espíritu afronta la que será su tercera campaña electoral consecutiva, para reeditar la mayoría absoluta en Galicia que ahora ostenta. Lo hace con la ventaja de «ofrecer un proyecto unitario» frente «al minifundismo de la oposición», como lo definió ayer, durante un desayuno informativo organizado por Europa Press en Madrid en el que se vio muy arropado por su partido. En el PP gallego creen que tienen al alcance de la mano conseguir una nueva mayoría absoluta, pero no se confían: dependen de recuperar un 70 por ciento de los 130.000 votos que consiguió Ciudadanos en las pasadas elecciones generales.

Feijóo se presentó como presidente de una comunidad histórica que sin embargo no quiere independizarse sino estar «más conectada» con el resto de España.

Y que es en la actualidad «financieramente viable», paga sus facturas y no incrementa su deuda, lo que le permite no pedir dinero a Hacienda a fin de mes como hacen otros «colegas» que buscan la «desconexión» de España, que en su opinión es «desconexión de los problemas reales».

Sin causar problemas

Tras ocho años de gobierno que «no han resultado fáciles», Núñez Feijóo presumió de gestión, y aseguró que su Comunidad «está ahora mejor que en el 2009 y en el 2012», y eso «sin causarle problemas a nadie», aunque si hubiera incurrido en la deuda media del conjunto de las comunidades autónomas tendría ahora 4.000 millones más de endeudamiento. Galicia, aseguró su presidente, «juega en otra liga, una liga superior donde lo que cuenta es el rigor en la gestión de las cuentas públicas».

Para esta comunidad dijo querer gobiernos fuertes y estables, y no que caiga en manos de quienes «no vienen a gobernar, porque su modelo es la deriva». Se refirió a las Mareas —«que son más de 42 partidos, y además está Podemos; un lío—, y criticó a los responsables de «la vuelta a la Edad Media en la izquierda gallega, con señores feudales que no ven más allá de su castillo».

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