De reventar mítines a asaltar el Congreso, así actúan los activistas en España

Ser político a veces es una profesión de riesgo. A la responsabilidad que una persona asume cuando ostenta un cargo público se suma la exposición diaria. Algo que, en ocasiones, hace que durante el desarrollo de la actividad política se den sobresaltos.

El pasado martes, un activista irrumpió en un acto de Mariano Rajoy al grito de « sois la mafia» en un acto con el que pretendía visibilizar a «5.000 personas sin techo». Pero esta no ha sido la única ocasión que una interrupción inesperada se ha producido en un acto del presidente del Gobiendo en funciones. Hace un año, en mayo de 2015, activistas de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) entraron en mitin de Rajoy en Barcelona.

También en 2015, pero con las elecciones a la vuelta de la esquina, Rajoy protagonizó otro altercado en Pontevedra: un joven de 17 años fingió querer hacerse una «selfie» con Rajoy para después lanzarle un puñetazo a la cara.

Pedro Sánchez también ha sufrido el ejercicio de los activistas. Durante un paseo en Málaga, también en mayo de 2015, sufrió un escrache bajo los gritos de «la Junta no paga» por parte de los trabajadores de Hitemasa, una empresa pública que pasó a gestionar la Junta de Andalucía, y que en febrero de 2015 se declaró en suspensión de pagos. Meses después, en diciembre de 2015, un grupo de animalistas irrumpió en un mitin en Murcia al grito de «Toro de la Vega, abolición». El entonces candidato socialista para el 20-D prosiguió con su discurso y salió del paso afirmando que «cuando intenten reventarnos un mitin, nosotros con una sonrisa». Otro socialista que sabe lo que es ser abucheado es Alfredo Pérez Rubalcaba, a quien activistas pro-Sáhara interrumpieron un mitin en 2011 con gritos de «Viva el Sáhara».

El asalto al Congreso a pecho descubierto

Femen ha protagonizado numerosos episodios de insurrección contra el orden. En uno de ellos, una de estas activistas, en cuyo pecho llevaba escrito «Violador de libertades», se manifestó frente al ministro en funciones Jorge Fernández Díaz por la aprobación de la Ley de Seguridad Ciudadana.

Un altercado que casi pasa desapercibido frente al «hito» de esta agrupación: irrumpir en el Congreso de los Diputados mientras Alberto Ruiz-Gallardón (en ese momento ministo de Justicia) se dirigía al hemiciclo. Un asalto en el que tres activistas, a pecho descubierto, interrumpieron gritando «aborto es sagrado», un eslogan que también lucieron en su torso desnudo. Finalmente, las tres jóvenes fueron expulsadas y detenidas por alteración de la sesión plenaria.