La reputación de Pedro Sánchez entre los españoles decae cuando acude a la televisión

Para los aspirantes a la presidencia, los medios de comunicación representan la forma más sencilla de conectar con sus votantes. Una práctica que, pese a todo, no está exenta de riesgos, pues un error ante las cámaras puede ser fatal de cara a sus pretensiones electorales. La irrupción de las nuevas tecnologías les ha permito disponer de un nuevo canal de acceso a segmentos de la ciudadanía hasta el momento inaccesibles. Sin embargo, dichas herramientas se han convertido en una amenaza para los partidos tradicionales.

En este sentido, Pedro Sánchez es el ejemplo más ilustrativo del daño que pueden provocar las redes sociales en la imagen pública de un político. Según un estudio de Séntesis, cuando el secretario general del PSOE asiste a una tertulia, la valoración media que los españoles tienen de él, que en condiciones normales es de tres sobre diez, disminuye un punto.

Las intervenciones mediáticas del madrileño no solo afectan a su imagen personal, sino que también merman el flujo de comentarios que se genera en torno al partido en Twitter y Facebook. En concreto, el grupo socialista es el protagonista del 17% de todos los mensajes que se envían a las redes cuando Sánchez acude a la radio o la televisión, cinco puntos porcentuales menos que cuando no lo hace.

Para Enrique Arroyas, profesor de la Facultad de Comunicación de la Universidad Católica San Antonio de Murcia (UCAM), esta anomalía «tiene que ver con la situación tan difícil en la que se encuentra el PSOE» y, en concreto, Pedro Sánchez, que se juega «su propio liderazgo».

De hecho, el líder socialista no solo tiene que hacer frente a los adversarios políticos de las demás formaciones, sino que también ha de mantener el poder en su partido ante el incipiente ascenso hacia la secretaría general de la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz.

Ante la duda que pueda sembrar entre sus votantes esta falta de jerarquía, el mensaje de Sánchez «es importantísimo tanto para mantener el apoyo electoral de su propio partido», señala Arroyas, quien cree que el nerviosismo que se intuye en Ferraz es debido al «acoso de Podemos por la izquierda».

«Decir lo que más conviene»

La estrategia mediática de los partidos emergentes difiere mucho de las de PP y PSOE. El mero hecho de estar presente en un medio de comunicación provoca un aluvión de mensajes impulsados por el equipo de asesores de campaña de grupos como Podemos, que monopolizan el pensamiento de portales como Twitter a través de etiquetas o «hashtags».

Una táctica que la formación morada ha utilizado desde el día de su fundación. De hecho, es el partido que más interactúa en la Red y el que más tuits publica a lo largo del día (119). Sus esfuerzos para dominar las redes sociales se multiplican en los momentos decisivos de la campaña, como los debates o la jornada electoral.

Para que el mensaje cale en internet, Iglesias no deja ni una sola palabra al azar cuando está ante las cámaras: «En esa situación se siente muy cómodo, porque sabe decir en cada sitio lo que más le conviene para que parezca que su política no supone un riesgo», señala Arroyas.

Por esta razón, el secretario general de Podemos intenta evitar cualquier tema que pueda perjudicarle, como las críticas recibidas por un supuesto «giro al centro» para arañar escaños al PSOE. Una acción que ha generado dudas entre sus seguidores acerca de la dirección que va a tomar una vez se celebren las elecciones.

«El problema de Podemos es de identidad», afirma Arroyas. Para él, Iglesias está «ante el vértigo» de estar a punto de alcanzar su objetivo. «Y eso tiene que asustar un poco».