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El Rey recibe al líder de Foro Asturias, Isidro Martínez Oblanca - CASA REAL

El Rey abre las consultas sin garantía de acuerdo y con la investidura en el aire

El Gobierno y el PP descartan una candidatura sin apoyos suficientes y creen que haría falta un periodo de reflexión que podría llegar a septiembre

Madrid Actualizado: Guardar
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A las diez y media de la mañana de este martes empezará la primera ronda de consultas del Rey después del 26 de junio, la cuarta en solo siete meses, que deberá servir para comprobar si hay apoyos suficientes que permitan la investidura de un presidente del Gobierno. El líder del PP, Mariano Rajoy, no cuenta ahora mismo con los votos necesarios para obtener la confianza del Congreso, ante la negativa frontal de Ciudadanos y del PSOE a negociar. Ante este nuevo bloqueo, desde Moncloa y el PP se descartó de una manera más tajante la posibilidad de un debate de investidura sin acuerdo.

El problema se producirá este jueves en la tercera y última jornada de la ronda de consultas de Don Felipe, si Albert Rivera se niega a pasar de la abstención a Rajoy en una eventual segunda votación de su investidura, y Pedro Sánchez continúa enrocado en el «no».

Esa misma tarde, a las cinco, Rajoy acudirá a La Zarzuela y si tiene la certeza de que Ciudadanos y el PSOE siguen negándose siquiera a negociar y no cuenta con los apoyos suficientes, podría descartarse su investidura. Al menos de momento.

Un camino largo

Desde Moncloa se advertía ayer de que esta semana no tiene por qué ser «decisiva». El camino a la investidura puede ser largo y tortuoso, y quizás estemos solo ante el primer recodo. El principal problema que ven en el entorno de Rajoy no es que Rivera y Sánchez digan al Rey que no apoyarán al candidato del PP, sino que acudan con posturas cerradas y transmitan una decisión firme de no negociar con él ni ahora ni más adelante. La crisis estará abierta.

Rajoy ya afirmó que si tenía la certeza de no contar con los votos suficientes pediría un periodo de reflexión a todos, para analizar qué se pretende hacer. Por eso, fuentes de Moncloa ven posible que esta ronda del Rey acabe sin una propuesta de candidato al no haber apoyos. «No consideramos que carecer de apoyos sea declinar. A una investidura se va con votos o no se va», defienden en Moncloa. El 26 de abril, después de la tercera ronda de consultas posterior a las elecciones del 20 de diciembre, el Rey constató que no existía un candidato que contara con los apoyos necesarios para que el Congreso le otorgara su confianza. En ese sentido, Don Felipe transmitió al presidente del Congreso que no formulaba una propuesta de candidato a la Presidencia del Gobierno. Una semana después se convocaron de nuevo las elecciones generales.

Los Presupuestos

En Moncloa no se plantean aún la opción extrema de volver a las urnas por tercer vez. Es una posibilidad que existe, eso sí, pero creen que antes hay cartas que jugar y se puede hacer más. En ese sentido, se podría retrasar la investidura alguna semana y llegar incluso a la primera quincena de septiembre. Ese es el tope máximo que se ha marcado el Gobierno en funciones para poder aprobar los Presupuestos de 2017 a tiempo (antes de octubre), ya con los plazos in extremis.

En el tiempo que hay entre medias se abriría esa reflexión, y una de las posibilidades sería que Sánchez volviera a intentar una candidatura alternativa con Podemos y los independentistas. Moncloa no lo descarta en absoluto y desde luego responsabilizará a Ciudadanos de haber propiciado esa opción al no querer negociar el «sí» con el PP.

En esas semanas se comprobaría por dónde se mueve cada uno, y quizás requeriría una nueva ronda de consultas del Rey, mucho más clarificadora que la que empieza hoy, según las fuentes consultadas de Moncloa.

En esta misma línea, el ministro de Justicia en funciones, Rafael Catalá, aseguró que hará falta más tiempo en caso de que los grupos políticos constaten ante el Rey que no hay apoyos para una investidura. En declaraciones a TVE, Catalá subrayó que el calendario tendrá que adecuarse al proceso de negociación que lleven los partidos. «Si llegamos al punto de que ningún candidato se somete a la investidura, tendríamos que dar alguna solución. Si nadie se va a mover, llegaríamos a preguntarnos ¿Qué hacemos ahora? Y habría que ver qué hacer», señaló.

También el portavoz del PP en el Congreso, Rafael Hernando, descartó que Rajoy vaya a presentarse a una investidura sin tener apoyos: «Sería absurdo ir a una investidura si no se cuenta con los votos suficientes para ser investido. Eso solo llevó a la frustración y a la convocatoria de unas nuevas elecciones. No es un camino aconsejable en estos momentos».

Sánchez no tiene prisa

Pedro Sánchez , por su parte, no tiene ninguna prisa. Tiene claro lo que le va a decir al Rey el próximo jueves, que es lo que aprobó el Comité Federal del PSOE el pasado 9 de julio: «no» a la investidura de Mariano Rajoy. Y si después de eso el Rey da más tiempo a los partidos para que consensúen una postura común, seguirá en sus trece, aparentemente. Sánchez no quiere, bajo ningún concepto, aparecer en la historia como el secretario general del PSOE que se abstuvo para facilitar el gobierno al PP. Piensa, como casi todos los dirigentes del partido, que eso le penalizaría ante los 190.000 militantes que, hay que recordar, le reelegirán a él o elegirán a un nuevo secretario general durante el 39 Congreso federal del partido, en otoño.

Y su posible rival en ese congreso, Susana Díaz, así como los también barones críticos Emiliano García-Page, Guillermo Fernández Vara, Javier Fernández, Javier Lambán y Ximo Puig, además de José Luis Rodríguez Zapatero y gran parte de la vieja guardia, tampoco están dispuestos a abanderar el cambio a la abstención pero por el motivo contrario: quieren forzar que Sánchez se «queme» ejerciendo el liderazgo.

Por eso no es descartable, llegado el momento en que la presión sobre el POE sea límite, que el líder socialista tire por elevación y convoque una consulta entre la militancia como la del 23 de febrero tras el pacto con Ciudadanos. Un referéndum que le permitiría aparecer ante los afiliados como el defensor del «no» frente a los barones favorables a pactar con el PP, que le blindaría en el cargo.

En cualquier caso, el calendario orgánico le favorece porque cualquier cambio tendrán que ser refrendado por otra reunión del Comité Federal del PSOE y quien proponga la abstención subir a la tribuna a defenderlo. Algo a lo que ni quiere Fernández Vara se atrevió el 9 de julio.