Pablo Iglesias
Pablo Iglesias - óscar del pozo

Las bases de Podemos no quieren moderarse

Comprometen la estrategia de Iglesias al recuperar medidas del programa de las europeas que el partido pretende ahora abandonar

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Llevaban tiempo quejándose de que no se les escuchaba, y en el proceso abierto para la elaboración del programa han decidido hacerse notar. Más de 1.600 propuestas de las bases ha recibido la dirección de Podemos en los dos primeros meses para que sean incluidas en su programa para las elecciones generales. El partido quiso recuperar su ADN más participativo para resucitar a una militancia que con su baja participación en las primarias apuntaba los primeros síntomas de una desmovilización que amenazaba con ser terminal. Para ello, decidió habilitar un mecanismo para que todos sus inscritos pudieran plantear propuestas, que además serían valoradas por ellos mismos y, de superar los cien apoyos, sometidas a consideración por la dirección. El plazo concluía el pasado lunes, pero la formación ha decidido ampliarlo «unas dos o tres semanas» para poder estudiar cada una de las propuestas recibidas.

Muchas de las medidas que han pasado el filtro de las bases recuperan el espíritu más radical del partido y se alejan del giro moderado con el que el equipo de Pablo Iglesias quiere captar ahora al votante socialista y situarse «en la centralidad del tablero». Con la renuncia a la Renta Básica Universal, la propuesta más apoyada entre los simpatizantes y de la que Iglesias no quiere ahora ni oir hablar, el partido deja ver que tumbará cualquier medida que no siga estas directrices incluso antes de que sea sometida a votación. «Hemos pasado de querer ocupar la centralidad del tablero a tener miedo de elaborar propuestas propias por si les sienta demasiado mal a los del tablero», se queja uno de los simpatizantes.

Junto con la Renta Básica, poner en marcha una «auditoría ciudadana de la deuda pública y privada» y «declarar el impago» de aquellas partes que se consideren «ilegítimas» fue otra de las propuestas con las que Podemos hizo su puesta de largo en las elecciones europeas. Las bases no la olvidan y han incluido varias medidas en este sentido. Una de ellas pide que se mantenga «tal y como estaba en el programa de las europeas». Pese a contar con los apoyos necesarios, aún no ha obtenido respuesta. Otra elimina la referencia sobre el «impago» y habla de «auditoría, reestructuración y transparencia». Desde Podemos responden positivamente y proponne trasladar a la agenda política de la Unión Europea la reestructuración de las deudas públicas de todos los países de la Eurozona en una especie de cumbre política: una Conferencia Europea de la Deuda. También pretenden que se reestructure la deuda vinculada a la ayuda al sistema financiero español y la que soportan los hogares a través de las hipotecas, así como una auditoría de toda la deuda española y la regulación de la dación en pago retroactiva. El Área Económica del partido sí ve con buenos ojos la propuesta de crear una Banca Pública «segura, eficiente, democrática y eficaz» y aseguran que ya están trabajando en ella.

Otra de las medidas incluidas en el programa para las elecciones europeas era «la recuperación del control público en los sectores estratégicos de la economía». Y citaba: «telecomunicaciones, energía, alimentación, transporte, sanitario, farmacéutico y educativo». Los militantes la rescatan y piden que se desprivaticen servicios como la «electricidad, el gas, el agua, el petróleo o el teléfono», opción que el partido tumba ahora con el argumento de que «puede comprometer buena parte de los recursos disponibles» y recordando que la legalidad vigente lo impediría.

El área económica es la que más propuestas de las bases ha recibido (410). Entre las que cuentan con el aval de las bases están la reducción progresiva de la jornada laboral a 35 horas semanales, que el partido ve con buenos ojos —«dificilmente se podrá reducir de forma significativa el desempleo si no es reduciendo la jornada laboral media de los trabajadores», responde—, la eliminación de las empresas de trabajo temporal (ETTs) o reducir la edad de jubilación a los 65 años, aunque el partido no se ha pronunciado aún sobre esta última.

Los simpatizantes piden decidir democráticamente la forma del Estado y abogan por un referéndum entre monarquía y república. La dirección responde que esta consulta no se podría proponer de forma directa «sin antes participar en el debate de un proceso constituyente». No obstante, defienden «la necesidad de legitimar democráticamente las diferentes instituciones del Estado». Algo similar ocurre con la medida que pide suprimir el Senado: Podemos asegura que la pondrá sobre la mesa en una futura reforma de la Constitución y, mientras tanto, trabajará para que la Cámara Alta represente la «voluntad popular de manera proporcional».

La Iglesia aparece también en repetidas propuestas. En el Área de Educación, se pide suprimir la religión católica de la enseñanza pública (hay dos medidas en esta línea que superan los 250 apoyos) y en el Área Económica, hay unas que exigen eliminar la exención del Impuesto sobre Bienes Inmuebles a la Iglesias católica o incluso suprimir cualquier tipo de financiación del Estado a la misma. El partido responde a la primera asegurando que ven «bien» una propuesta de este estilo, pero remiten al «elemento de valoración política» que contiene la medida y que escapa de las competencias de Área Económica. Sin embargo, cuando «suprimir la financiación del Estado a la Iglesia» supera el filtro en el área denominada «Democracia y Justicia» no responden a la cuestión.

Lo mismo ocurre con la propuesta de «regularización del consumo, venta y producción del cannabis y sus derivados», que entienden como «racional» económicamente pero remiten a una «naturaleza eminentemente política» que supera sus competencias. La respuesta fue acogida con malestar entre quienes entendieron que Podemos trataba de evitar posicionarse sobre el controvertido asunto, remitiendo a volver a iniciar todo el proceso en un área diferente de la económica. Entre las bases de Podemos existe incluso un círculo sectorial llamado «Podemos Cannabico», que lucha contra la prohibición del consumo de esta sustancia.

En materia de Defensa y Política Exterior, las bases plantean un referéndum sobre la permanencia en la OTAN, «liberar» el Sáhara Occidental o suprimir los privilegios militares de Justicia y Sanidad diferentes a los del resto de la ciudadanía. Podemos asegura que promoverá una «revisión» de los tratados de Defensa con EE.UU., especialmente el que convierte en permanente la presencia de una fuerza de acción rápida en África en la base de Morón de la Frontera, e impulsará medidas «bajo la premisa de la libre determinación del pueblo saharaui». Incluso asegura que «favorecerá el acceso a la nacionalidad española por parte de la población saharaui que así lo desee».

Cuenta con apoyos suficientes un programa de protección de los animales que incluye, entre otros puntos, la eliminación del reconocimiento legal de los espectáculos taurinos como patrimonio cultural, la prohibición del uso de todos los animales en los circos y suprimir cualquier forma de fomento o financiación pública a los espectáculos y exhibición de animales.

Entre las más curiosas y que han logrado pasar el filtro de los cien apoyos está la que pide declarar a los cetáceos como «personas no humanas», la que aboga por un impuesto especial a las bebidas azucaradas y su impacto en la salud, la que apuesta por una nueva asignatura de Inteligencia Emocional en las aulas o la que pide volver al uso horario GTM (una hora menos) abandonando el GTM+1 «al que el general golpista Francisco Franco nos cambió para sincronizarse con sus aliados nazis».

De momento, el balance de participación que hace Podemos de su programa colaborativo para las elecciones generales es «muy positivo», según explica Marina Avia, encargada de seleccionar las propuestas que superan el 100% de apoyos y elevarlas a los responsables del área correspondiente. Ya lo ha hecho con unas 300. Quienes han participado en el proceso, y en vista de lo que ha sucedido con la renta básica, se preguntan ahora cuántas de ellas caerán en saco roto.

Ver los comentarios