La ministra de Empleo, Fátima Báñez, el secretario general de CCOO, Ignacio Fernández Toxo, el secretario general de UGT, Cándido Méndez, y el presidente de la CEOE, Juan Rosell, conversan momentos antes de participar en la clausura de un acto
La ministra de Empleo, Fátima Báñez, el secretario general de CCOO, Ignacio Fernández Toxo, el secretario general de UGT, Cándido Méndez, y el presidente de la CEOE, Juan Rosell, conversan momentos antes de participar en la clausura de un acto - efe

El complemento salarial a las bajas se vinculará al absentismo

CEOE, CC.OO. y UGT harán frente común para controlar las ausencias injustificadas al trabajo

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Reducir el absentismo injustificado, establecer criterios para hacerlo, definir mecanismos para su seguimiento y evaluación... Son algunos de los puntos de encuentro a los que han llegado la patronal y los sindicatos en el acuerdo de negociación colectiva para 2015, 2016 y 2017. Un pacto que está pendiente de firma por los secretarios generales de UGT y CC.OO., Cándido Méndez e Ignacio Fernández Toxo, y el presidente de la CEOE, Juan Rosell.

Entre estos criterios, que figuran en este acuerdo a propuesta de la patronal, está que las empresas vinculen los complementos salariales, que muchas realizan de forma voluntaria por convenio a las prestaciones públicas, a la evolución del absentismo. «El absentismo injustificado conlleva una pérdida de productividad e incide de manera negativa en los costes laborales, perjudicando con ello la competitividad de las empresas y la posibilidad de mejorar el empleo y renta de los trabajadores», dice el texto de acuerdo alcanzado entre los agentes sociales.

Reclamar el control del absentismo ha sido una constante de la organización empresarial. Durante años ha instado a las empresas a introducir en los convenios cláusulas reguladoras del control individual de ausencias por baja laboral y a evitar acuerdos para el establecimiento de complementos a la prestación pública o, en su caso, suprimirlos o reducirlos. Hay que tener en cuenta que la mayoría de la bajas son de corta duración (hasta 15 días) y que las empresas soportan el pago de la prestación económica durante los días cuarto al décimoquinto de cada proceso, sin contar además el pago de los complementos económicos.

Como ya informó ABC, la mejora de la gestión de la Seguridad Social y de las mutuas, la reducción del fraude y de la picaresca por miedo a perder el empleo hicieron que los ciudadanos faltaran menos a sus puestos de trabajo durante la crisis. Los procesos por enfermedad se redujeron en casi un 46% y ello ahorró más de 3.000 millones de euros a la Seguridad Social.

Los datos publicados por el Ministerio de Empleo evidencian que hasta noviembre de 2014 el sistema desembolsó por bajas laborales un total de 5.028 millones, una cifra que contrasta con los años de crisis más dura, como fue 2008. En ese ejercicio, en el que se alcanzó el máximo gasto de la serie histórica, que arranca en 1990, la incapacidad temporal tuvo un coste cercano a los 8.200 millones de euros.

En los últimos seis años el gasto en bajas por enfermedad se ha ido reduciendo ejercicio tras ejercicio hasta situarse en 2014 a un ritmo del 6,9% anual. El gasto en incapacidad temporal se ha reducido en España porque han disminuido previamente los procesos de baja. En 2013 se registraron 262.345 procesos de incapacidad temporal de media mensual, dato que contrasta con los 483.011 de final de 2007, el pico más alto. Durante la crisis las bajas se redujeron un 45,6%.

En la caída también ha incluido la destrucción de empleo, lo que ya supone por sí solo una reducción los procesos. Su duración media también se ha acortado. Ha pasado de los 47,7 días antes de la crisis (año 2006) a 37,5 días al cierre de 2014. Pero la evolución descendente de las bajas comenzó a truncarse en 2014. Los datos hasta noviembre evidencian que los procesos han comenzado a crecer al calor de la recuperación económica y, por tanto, de la percepción que tienen los empleados de mayor seguridad en el puesto de trabajo. El pasado ejercicio se registraron 269.158 bajas médicas, casi un 3% más que un año antes.

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