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Operarios en una obra - a. p.
economía

Las bajas laborales repuntan en las Islas al calor de la tímida recuperación económica

El número de partes aumentó en 2014 por primera vez desde el estallido de la crisis

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El miedo de perder el empleo, seguramente en la mayoría de los casos, o la necesidad de arrimar el hombro en la empresa amenazada por las estrecheces desembocaron en los últimos años en una extraordinaria reducción del número de bajas laborales en la comunidad autónoma. En 2014, los casos de incapacidad temporal por enfermedades comunes en el Archipiélago rompieron esa progresión descendente: las bajas se incrementaron después de los ejercicios más duros de la crisis, y se incrementaron tan tímidamente como viene manifestándose en las Islas la recuperación económica.

El tejido productivo de Canarias pasó de contabilizar una media de 26.307 expedientes de baja cada mes de 2008, el primer año que discurrió sumido de lleno en las estrecheces, a contabilizar 12.351 en el último ejercicio, según las estadísticas del Ministerio de Empleo y Seguridad Social, que dirige Fátima Báñez.

La reducción llega, por tanto, al 53%.

En el conjunto del país, los partes fueron 269.158 en 2014 y habían sido 462.784 en aquel primer año de crisis, de modo que el decremento es de cerca del 42%. En otras palabras: la caída de las bajas laborales a consecuencia de la crisis ha sido incluso más acentuada en la comunidad que en toda España. Sea como sea, la disminución es notable en ambos casos (casi 14.000 menos en la autonomía cada mes), pero esta parece haber tocado fondo definitivamente al calor de la incipiente recuperación de la economía, una recuperación más débil si cabe en el Archipiélago que en el resto del país.

Los poco más de 12.000 expedientes de baja, exactamente 12.029, que se incoaron mensualmente en 2013, el mínimo de la serie histórica, fueron el año pasado 12.351. En términos cuantitativos apenas es un leve aumento, pero su significación tras seis años consecutivos de crisis es máxima.

Hay que puntualizar que la sensible destrucción de puestos de trabajo, al margen del miedo de perder el empleo, subyace en la reducción de los procesos de incapacidad temporal por enfermedad común, ya que menos trabajadores suponen, en principio, menos bajas. En consecuencia, si no la creación neta, que en las Islas se sucede a un ritmo menor que en el conjunto del país, sí por lo menos la estabilización del empleo está detrás de ese leve aumento (aumento que por tanto tiene correspondencia con la también leve mejoría del mercado laboral canario) de los partes médicos de 2013 a 2014.

También la prevalencia de los casos de incapacidad temporal, esto es, el número de trabajadores que está de baja por cada mil, evidencia ese repunte de los expedientes en la región. Allá en 2008, la prevalencia de las enfermedades comunes entre los asalariados canarios era de 37,27, mientras que el año pasado fue de 20,28.

En 2013, no obstante, había sido de 19,88, de nuevo el mínimo de la serie histórica, de modo que este incremento también corrobora cómo las bajas están repuntando al mismo tiempo que lo hace la economía. Hay que agregar en este punto, no obstante, que la prevalencia de las enfermedades comunes entre los empleados de la comunidad autónoma ha sido siempre superior a la que afecta a los trabajadores de toda España, algo que no ha cambiado durante la crisis. En Canarias fue de 20,28 en 2014, pero la media nacional no llegó a 19.

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