Gerardo Díaz Ferrán en una imagen de archivo
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Dos años más de cárcel para Díaz Ferrán por riesgo de fuga

La Audiencia Nacional alarga la prisión provisional del expresidente de la CEOE en el caso del vaciamiento patrimonial de Grupo Marsans

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El juez de la Audiencia Nacional Eloy Velasco ha prorrogado dos años más la prisión provisional de Gerardo Díaz Ferrán, el expresidente de la CEOE, por un posible riesgo de fuga que entorpecería su enjuiciamiento por los supuestos delitos cometidos por Díaz Ferrán en el vaciamiento patrimonial del Grupo Marsans, según han informado fuentes jurídicas.

Esta decisión ha llegado después de una comparecencia celebrada esta mañana ante el juez cuando están a punto de cumplirse dos años desde el ingreso en prisión provisional del expresidente de la patronal, que accedió a la cárcel de Soto del Real el 3 de diciembre de 2012. La medida ha sido solicitada por el fiscal, quien ha pedido que la prisión preventiva llegue al máximo legal de 4 años.

En el auto judicial, el magistrado ha explicado que existen razones «justificadoras» de esta prórroga, pues ya se ha dictado la apertura del juicio oral por esta instrucción y algunas acusaciones han solicitado una pena de prisión de 15 años para el expresidente de Grupo Marsans por los supuestos delitos de alzamiento de bienes, concurso fraudulento, blanqueo de capitales e integración en organización criminal.

Según el magistrado, esta decisión es “indispensable” para evitar el riesgo de que Díaz Ferrán se fugue de la Justicia, dada «la disponibilidad económica que podría tener en el extranjero». Esto podría suceder ya que, en caso de que no se hubiera prorrogado la prisión provisional, el expresidente de la CEOE podría empezar a obtener beneficios penitenciarios respecto a la condena que ya cumple –por la causa de Air Comet-, lo que le llevaría fuera de prisión.

En este proceso, Díaz Ferrán supuestamente llevó a cabo «un sistemático vaciado» del patrimonio de la empresa turística Grupo Marsans, dada la mala situación económica en la que se encontraba la compañía, con el objetivo de mantener su alto nivel de vida, lo que causó un «evidente» perjuicio a los acreedores del grupo.

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