La explosión de Carla Suárez

Después de un 6-0 en contra, la mente desconecta. Aunque una parte del cerebro se repita cada vez que se golpea la pelota que todavía quedan 24 puntos en juego y que no son tantos como para no poder empatar el encuentro. Son estos los momentos que deciden a un campeón de cualquier otro tenista. Son estos los momentos que están haciendo de Carla Suárez una campeona.

Ante Venus Williams, la canaria sufrió el «rosco» casi por su culpa, como reconoció después del encuentro: «El 6-0 que me pega es bastante mérito suyo, pero a la misma vez yo estoy con nervios y falta de intensidad facilitando que ella tenga mucho éxito». El primer paso para hallar la solución es encontrar el problema.

Y Suárez acumula soluciones en este año descomunal en el que ha convertido todos los partidos en batallas mentales donde lleva las de ganar.

Es la quinta mejor tenista del curso, y todavía no ha llegado la tierra batida, donde se encuentra todavía más cómoda con su tenis y su magnífico revés a una mano. En siete torneos de 2015, en cuatro ocasiones ha alcanzado la ronda de cuartos de final (Brisbane, Sidney, Dubái e Indian Wells), llegó a las semifinales de Doha, y a la final de Antwerp. La perdió sin jugar, una tortícolis le impidió saltar a la pista ante Andrea Petkovic. En Miami puede resarcirse porque es la alemana quien custodia la puerta de la final, de su techo inalcanzado que Suárez quiere hacer real creyéndose que puede. Un partido que esconde todavía otro regalo: entrar en la lista de las diez mejores raquetas del mundo, donde solo han pisado antes Arantxa Sánchez-Vicario y Conchita Martínez.

A Suárez le ha crecido la confianza en sí misma a base de asimilar las derrotas más difíciles. Como en Roland Garros cuando estuvo a dos juegos de las semifinales y el brazo se le quedó agarrotado por el miedo. Mucha «culpa» de su reconversión en una tenista más fuerte mentalmente la tiene su entrenador, Xavier Budó. Un analista minucioso de los partidos y un mejor comunicador de sus impresiones. A través de ese diálogo, la canaria ha fortalecido una faceta de su juego imprescindible para escalar hasta la posición doce de la WTA. La recuperación ante el set en contra fue una muestra de que las lecciones están bien asentadas: «Es una demostración del crecimiento mental y del proceso de madurez como tenista que está teniendo. En una pista repleta, con una grada completamente a favor de Venus, con un 6-0 abajo, con Venus jugando a gran nivel, ser capaz de girar el partido, demuestra que mental y competitivamente Carla ha crecido mucho», matizaba Budó.

Cuando la mente encuentra la respuesta a un 6-0 en contra, el camino se suaviza. Todavía hay muchos obstáculos que sortear, pero la cabeza de Carla Suárez está preparada para afrontarlos y creer que puede con ellos. Y de ahí, a donde quiera llegar.