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La obra social del Rayo

El equipo de Vallecas no tiene ningún departamento de ayuda, pero se ha distinguido por colaborar con los necesitados

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No son los clubes de fútbol un ejemplo de compromiso social ni un paradigma de la solidaridad respecto a los más necesitados. Las finanzas en el fútbol están destinadas, básicamente, a comprar jugadores en un mercado que deja mucho dinero en comisiones. A veces, y de forma esporádica y puntual, surge el destello. Un club que se preocupa de los seres humanos. Es el caso del Rayo Vallecano.

El Rayo ha tenido más notoriedad e impacto durante las últimas semanas por su acción social que por los magníficos resultados que vienen consiguiendo Paco Jémez y sus jugadores.

El club vallecano auxilió a una anciana desahuciada de su casa, Carmen Martínez. La anciana de 85 años y vecina de Vallecas había avalado con su casa el préstamo que solicitó su hijo.

El Rayo aportó 15.025 euros gracias a las entradas que vendió contra el Sevilla y creó una fila cero. La cantidad total que reunió fueron 21.106 euros gracias a la aportación de 159 personas y entidades.

Carmen aseguró que no necesitaba tanto y que la mitad de esa cifra se la cedía a Wilfred, el exportero del Rayo que ha fallecido hoy por culpa de un cáncer. El nigeriano estaba ingresado en un hospital de Alcalá de Henares y había expresado su voluntad de volver a vera sus hijos, que viven en Nigeria.

El Rayo no dispone de ningún departamento dedicado a asuntos de este tipo, sino que desde el club apuntan que «se han dado una serie de circunstancias que han coincidido en el tiempo». El club vallecano tiene una Fundación, que está más volcada con las escuelas de fútbol donde se forman los jugadores.

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