Cada temporada se desplazan más de 22.000 radicales a otros estadios

Cada vez hay más aficionados de riesgo en los estadios de fútbol, según los datos que se extraen de la memoria de la temporada 2012-13 elaborada por la Comisión Estatal contra la violencia, el racismo, la xenofobia y la intolerancia en el deporte. Tomando las cifras de la temporada anterior a la del estudio, que es la más reciente de la que se puede tener información, en ese curso se desplazaron en Primera división 17.224 seguidores radicales por los 11.171 del 2011-12, lo que supone un brutal ascenso del 54,18 por ciento.

Sumando las dos categorías profesionales del fútbol nacional, y pese a que en Segunda hubo un descenso del 33 por ciento (2.517 menos), se deduce que en España se desplazan 22.304 ultras a lo largo de una campaña.

Pero no solo es un problema de desplazamientos. Crece, también, la presencia local de seguidores potencialmente violentos. Si bien en la temporada 2011-12 se contabilizaron 95.992, un año después se alcanzaba la cifra de 106.866, lo que supone un 11,32 por ciento más. En Segunda división el crecimiento era del 21,17 por ciento (de 21.953 a 26.602) y se llega a un total de 133.468 hinchas con condiciones para ejercer la violencia.

Datos preocupantes

El resumen presentado por la Comisión Estatal contra la violencia salió precisamente a escena en la reunión de urgencia que mantuvieron el pasado lunes la Policía, la Guardia Civil, la Delegación del Gobierno, el Consejos Superior de Deportes, la Liga de Fútbol Profesional, la Real Federación Española de Fútbol, el Atlético de Madrid y el Deportivo de La Coruña. Sirven los datos para reflejar la preocupación latente sobre la violencia en el fútbol, que cada fin de semana junta a miles de personas con el pretexto, aparentemente, de animar y alentar a sus equipos.

Sin embargo, el fútbol se ha vuelto a ensuciar después de la muerte Francisco Javier Romero Taboada (Jimmy), ultra del Deportivo de La Coruña que falleció durante la reyerta del pasado domingo que enfrentó a los miembros del Frente Atlético con los del grupo Riazor Blues. Una pelea que terminó con 21 detenidos y muchísimas preguntas en el aire mientras se aviva el debate sobre la violencia en las gradas y fuera de ellas. El Atlético ha tomado medidas inmediatas al asegurar que expulsará al Frente del Vicente Calderón y también el Deportivo tiene intención de ponerse firme con los Riazor Blues.

En la mencionada memoria, elaborada con la documentación recabada por la Policía, la Guardia Civil y la Ertzaintza (no hay datos de Cataluña porque no se facilitó información), se aprecia, eso sí, un descenso en las denuncias presentadas. Se tramitaron 1.177 en la temporada 2012-13 (1.401 en 2011-12), siendo 320 por motivos leves, 847 por motivos graves y diez por motivos muy graves.

Entre las causas, alarma el notable aumento en agresiones o insultos a policías o vigilantes de seguridad, que sube por tercer curso consecutivo hasta situarse en 284 propuestas de sanción. También crecen las invasiones del terreno de juego, los daños a las instalaciones, la ignición de petardos, bengalas o botes de humo, el consumo de bebidas alcohólicas y las conductas indecorosas por actos racistas, xenófobos o intolerantes. Mientras, descienden las propuestas de sanción efectuadas por promover o participar en altercados, uso de pancartas o propaganda, consumo de sustancias estupefacientes y apedrear autobuses.

El fútbol, más que el resto

Hay una cifra reveladora en el informe que sonroja al fútbol, deporte rey aunque solo sea por una cuestión de audiencias y presencia en los estadios. De las 1.177 infracciones que se registraron en el año del estudio (1.401 en 2011-12), 1.158 están relacionadas con este deporte, lo que supone el 98,39 por ciento. Hubo diez en baloncesto, dos en fútbol sala, cuatro en balonmano y tres en hockey.