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Del Bosque da instrucciones en la concentración de Las Rozas - efe
Selección Española

Los enredos de España

La selección, feliz en los tiempos de abundancia, vive desde el Mundial con pequeños bretes, como el que se ha originado sobre la falta de compromiso

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De siempre, y sin que importe el escudo, las victorias sirven para que todo lo demás no importe, al menos para que no sea tan trascendental. Y así era la vida en España, instalada en la cúspide después de seis años de alegría interminable. Desde que Luis Aragonés dio con la tecla en 2008, la selección se olvidó de los complejos y cualquier problema pasaba desapercibido, feliz el personal en el balneario nacional. Ahora lo siguen siendo en su inmensa mayoría, pero aún escuece el tortazo de Brasil y se magnifican las cosas porque fue el peor Mundial de la historia y porque después se ha generado un ruido amplificado por el altavoz de las derrotas. El último concepto a tratar es el del compromiso, en tela de juicio a partir de unas palabras de Sergio Ramos del miércoles que ayer quiso matizar.

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El equipo de Vicente del Bosque está sumido en una renovación lógica que, cuentan los técnicos, ya estaba prevista más allá del resultado de Brasil. Se volvió de Curitiba con una cornada profunda, difícil de curar y más a medida que jugadores de peso anunciaban su final. Ahora, Vicente del Bosque introduce muchísimas novedades y deja las puertas abiertas a todos. Una vez se confirmó el adiós de Xavi Hernández y Xabi Alonso, y con David Villa haciendo las Américas previo paso por Australia en una aventura que le complica mucho su regreso, el peso del vestuario debía caer en Sergio Ramos, Andrés Iniesta y Cesc Fábregas. Casillas sigue siendo el capitán, pero hace dos días, en los micrófonos de Radio Marca, se puso el brazalete Ramos y envió un mensaje a navegantes: más compromiso.

Al central del Real Madrid se le preguntó por las bajas de esta lista, llamativas en el caso de Cesc Fábregas y de Diego Costa. Cesc, que el sábado pasado jugó los 90 minutos con el Chelsea, hizo viaje de ida y vuelta desde Londres para pasar unas pruebas médicas que le descartaban a partir de un parte que hablaba de «un proceso inflamatorio en la inserción proximal de la musculatura isquiotibial», lesión de la que había mejoría. Y el delantero ni siquiera estaba incluido en la convocatoria, aunque también estuvo con su club en Anfield. Ramos se desmarcó con un discurso contundente cuando se le cuestionó. «Como capitán soy el menos indicado para hablar de temas delicados. Son acuerdos del seleccionador con los jugadores. Yo la última vez vine, me hice una prueba y no estaba para jugar para una roturita en el sóleo, pero hay veces que he jugado con molestias. Va en el ADN del jugador».

Los destinatarios del mensaje

Hay muchas claves en ese mensaje. Primero, dar un paso al frente ahora que la situación no es tan idílica, que todos deben remar con un fin común. Además, también mencionaba a Del Bosque y a los códigos que maneja el seleccionador con cada jugador, dejando claro que lo mejor era una explicación para no permitir dudas. De paso, un aviso a los clubes de la importancia que tiene ser internacional. Y por último, subir el umbral del dolor siempre y cuando no entrañe peligro. En plena movida, Ramos se explicó ayer en TVE. «No estamos para crear más polémicas. No quiero decir que ellos dos no tengan compromiso. Hay unos técnicos y unos médicos que están de acuerdo al tomar decisiones y nosotros debemos respetarlas».

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