Las canastas más desconocidas

Menos de 3.500 espectadores. Es la paupérrima cifra de aficionados que acudieron al Pabellón de Ibirapuera de Sao Paulo para presenciar el primer partido de la Copa Intercontinental. Un encuentro que enfrentó al Madrid, campeón de Europa, con un desconocido conjunto brasileño, el Bauru Basket (campeón de América). El choque, que se disputó durante la madrugada del viernes al sábado, concluyó con la derrota del conjunto blanco (91-90) en los últimos segundos del partido.

Sin embargo, ni la emoción de los instantes finales hizo que los hinchas mostrasen interés por esta competición. Las gradas del gimnasio mostraron más sillas vacías que seguidores. El sistema de competición no ayuda lo más mínimo, una incomprensible eliminatoria a doble partido en el mismo pabellón no motiva ni ilusiona.

Tampoco las fechas elegidas, justo después del Eurobasket. Felipe Reyes, Sergio Llull, Rudy Fernández, Sergio Rodríguez y Willy Hernangómez no han tenido vacaciones después de colgarse el oro al cuello. De Francia a Brasil para disputar un torneo sin prestigio, que compromete la preparación del equipo con vistas a la temporada que comienza en octubre y que niega el descanso a los internacionales españoles.

Este domingo (a las 17.00 horas) se disputa el segundo encuentro, que decide quién es el mejor equipo del baloncesto FIBA. Si vencen los de Pablo Laso será el quinto título consecutivo que logren, tras el póquer conseguido la pasada campaña, en la que conquistaron la Liga Endesa, la Copa del Rey, la Euroliga y la Supercopa.

Una idea de Saporta

La Copa Internacional nació en enero de 1966 de la mano del expresidente del Madrid y de la FIBA Raimundo Saporta. La primera edición se llevó a cabo en la capital española con cuatro equipos y un formato liguero en el que el conjunto blanco quedó tercero. Hasta 1976 el Madrid no consiguió alzarse con el torneo, un triunfo que lograría durante tres años consecutivos. El cuarto título llegó en 1981, única edición que se disputó a partido único. El campeonato también recibió, durante algunas ediciones, el nombre de Mundial de Clubes.

En 1987 se celebró la última edición de esta competición hasta que se retomó en 2013, en la que el Olimpia Milano se impuso en Italia al Barça. El torneo dejó de celebrarse por la falta de prestigio e interés que tuvo en sus últimos años y por la ausencia de equipos de la NCAA y la NBA. Por este motivo, la FIBA y la liga estadounidense idearon la creación de un nuevo torneo, el Open McDonald’s, que se llevó a cabo durante nueve ediciones, hasta 1999. Hasta hace un par de años no hubo ningún título semejante a la Intercontinental o el Mundial de Clubes. Nadie lo echó de menos, como parece que a nadie le importa su vuelta.