España se queda en la quinta plaza

Fue una decisión técnico. Clara Camacho sería la compañera de Ona Carbonell en el dúo técnico. Paula Klamburg, en el libre, para fomentar esa rutina. Con apenas dos meses, la joven nadadora de 21 años tuvo que aprenderse una coreografía nueva y dar un paso adelante para demostrar que en España hay natación sincronizada para rato. El relevo, sin embargo, tardará en conseguir la madurez que ya habían adquirido parejas anteriores, más consolidadas. Así, el dúo técnico cedió terminó quinta y cede posiciones en la hegemonía mundial debido a algunos errores de sincronización que no se pudieron corregir de la preliminar de la mañana. España se baja del podio en la rutina por parejas, pero gana confianza para el futuro.

Se enmendaron los errores de los nervios del inicio, pero el paso del ejercicio, vibrante y con gran variedad de figuras pasó factura en la coordinación de los movimientos.

Se mejoró la puntuación de por la mañana, pero el trabajo de Ucrania les superó en un punto; la potencia de Japón, en dos. Y con las rusas y las chinas a mucha distancia, las españolas tuvieron que conformarse con la quinta plaza, incapaces de recuperar décimas en la final de la tarde.

La competencia se multiplica, también la ambición y la rivalidad. Japón regresa con fuerza y Ucrania no está tan lejos de las españolas, que deberán tomar este Mundial como aliciente y motivación para no ceder posiciones ni dejar de ser la referencia para todos esos países que parecen haber encontrado la fórmula para neutralizar los encantos españoles.