Ramón Serrera, durante el pregón taurino en el Teatro Lope de Vega
Ramón Serrera, durante el pregón taurino en el Teatro Lope de Vega - JUAN FLORES

Ramón Serrera: «Una corrida de toros es un monumento vivo al Arte»

El americanista pregona la Fiesta en Sevilla en un acto presentado por Emilio Muñoz

SEVILLA Actualizado: Guardar
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Un recorrido por los rincones íntimos de su afición a los toros, la historia del toreo en el Nuevo Mundo y la relación entre el toro y el tiempo ha servido al historiador y americanista sevillano Ramón María Serrera Contreras para pregonar la fiesta de los toros en el teatro Lope de Vega de Sevilla.

El tradicional acto, organizado por la Real Maestranza de Caballería en colaboración con el Ayuntamiento, ha dado el pistoletazo de salida a la temporada taurina hispalense que se inaugura esta tarde con un cartel integrado por José Antonio Morante "Morante de la Puebla", José María Manzanares y Alejandro Talavante.

El americanista fue presentado por el matador de toros trianero Emilio Muñoz, quien recordó que era la primera vez que un torero asumía esas funciones en el teatro Lope de Vega antes de asegurar que había aceptado el encargo, entre otros condicionantes, "para defender la Fiesta de los Toros en unos momentos en que algunos la atacan o la ponen en duda".

Muñoz no dudó en referirse al actual momento político, denunciando la aparición de un partido "que llama presos políticos a los secuestradores y asesinos de niños y mujeres".

De la misma manera mostró su decepción después "de votar en cuatro legislaturas a un partido que tiene más dudas que un torero después de ser cogido", y denunció que otro partido mayoritario "podría haber hecho mucho más".

El pregonero, que se deshizo en agradecimientos antes de advertir su condición de "simple aficionado", señaló que "cuando tantos y por tan extrañas razones atacan la verdad del mundo de la Tauromaquia había que dar un paso al frente en defensa de los múltiples valores históricos, artísticos y culturales de nuestra fiesta taurina".

Aludió a su relación con el toro como una "vivencia íntima y personal que entraña más recuerdos y emociones que conocimiento técnicos propiamente taurinos".

Par Serrera, "una corrida de toros es -o debe ser- ante todo y sobre todo una exaltación y un monumento vivo al Arte, con mayúscula", un arte que "está marcado, como la música misma, por la medida, por el ritmo y por el tiempo".

Antes había denunciado el ataque "al bronce inerte de la escultura de Curro (Romero)", definiéndolo como un acto "de simple y llana cobardía, amparada en la nocturnidad y en el anonimato".

Serrera cerró ese lance señalando que "el Faraón pasará -ya ha pasado- a la Historia porque se enfrentó durante décadas a centenares de fieras que podían haberle atravesado su corazón de artista".

Comparó la Tauromaquia y la música asegurando, después de aludir a Mozart y Beethoven, que "las pausas y los silencios forman parte de la esencia misma del desarrollo de la lidia y también de la lectura de unos pentagramas".

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