Miguel Ángel Perera
Miguel Ángel Perera - ignacio gil

Perera: «Con la cornada viví momentos de verdadera angustia, pero mi familia sufrió más que yo»

El torero evoluciona bien de su gravísima cornada en Salamanca

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Miguel Ángel Perera, que el pasado 15 de septiembre sufrió en Salamanca una de las cogidas más graves de la temporada, ha asegurado en una entrevista a Efe que durante todo este tiempo lo ha pasado peor "por mi familia que por mí mismo".

Veintitrés días después de la tremenda cornada que le atravesó el abdomen en varias trayectorias, Perera reconoce encontrarse "bastante recuperado", a pesar de que su aspecto aún evidencie las secuelas de tan brutal cornada, sobre todo por su acentuada delgadez, la palidez de su rostro y su cautelosa manera de caminar.

Así y todo, confiesa estar "mucho mejor" y, sobre todo, "más animado" después de recibir "tantas muestras cariño" por parte de la familia taurina en todo este tiempo, pero reconoce también que todavía "falta un poco" para su vuelta a la actividad, a sus entrenamientos.

Reaparición

"Los últimos puntos me los han quitado hace poco más de una semana, está todo todavía muy reciente, y aunque la evolución está siendo buena, debo tener un poco de prudencia para que no haya ningún contratiempo que trunque el firme deseo de reaparecer el 15 de noviembre en Lima (Perú)", ha apostillado.

El torero extremeño ha revelado que recuerda "perfectamente" toda la secuencia de la cogida, que desde el momento que el toro, de la ganadería de Garcigrande, le echó mano sabía que "iba herido" y que, además, lo que llevaba "era muy fuerte".

Y aunque pasó momentos "de verdadera angustia" e incertidumbre camino de la enfermería, "lo más duro", reconoce, tuvo que ser "para la familia".

"A pesar de los miedos que siempre invaden a uno cuando se sabe herido de mucha gravedad, imagino que mi gente, los que estaba allí en la plaza, sufrirían más que yo, ya que cuando entré en el quirófano perdí la noción del tiempo. Así que entiendo que los momentos de incertidumbre y de espera sin saber nada imagino que tuvieron que ser muy duros", ha remarcado.

Fue un percance que vino a truncar de sopetón el gran final temporada que estaba realizando, un año en el que se estaba encontrando "muy a gusto" en la cara del toro, admite.

Temporada sangrienta

"Creo que quitando mi paso por Madrid, el resto de la temporada, con sus más y sus menos, estaba logrando esa regularidad que siempre se busca, sintiéndome, además, muy fresco en la plaza", ha rememorado.

La de Perera en Salamanca ha sido la última de una amplia lista de gravísimas cornadas que han tenido lugar esta temporada, algunas de ellas también de notable impacto como las dos que sufrió Jiménez Fortes en el cuello en Madrid y Vitigudino (Salamanca), y la de Francisco Rivera Ordóñez "Paquirri" en Huesca. Los cuatro percances capitales de un 2015 "de lo más sangriento", enfatiza Perera.

"La verdad es que de los años que recuerdo éste ha sido de los más cruentos. Ha sido tremendo. Qué cantidad de percances a tantos matadores, novilleros y toreros de plata, y qué dimensión de muchos de ellos. Gracias a Dios todos podemos contarlo", señala.

"Todas esto viene a demostrar que aquí no hay nada ensayado, no hay nada que sea ficticio, es todo verdad, todo entrega", añade Perera".

Por eso le fastidia tanto que desde algunas instituciones se esté dando la espalda al mundo de los toros, con recado incluido al Ayuntamiento de Madrid: "Es lamentable lo que han hecho con su escuela taurina. No hay derecho que los chavales estén pagando de esta forma tan bestial su sueño de ser toreros".

Para finalizar, Perera quiere mandar un mensaje de agradecimiento a toda "la familia taurina" que tanto cariño le ha brindado desde el momento del percance, algo que le ha ayudado a darse cuenta "de lo que le importo a mucha gente, lo que me quieren, me respetan y me admiran".

"No se si estará pagado o no, pero ha sido tremendo sentir el apoyo, el cariño y el aliento de tantos compañeros retirados y en activo, ganaderos, profesionales, novilleros, amigos cercanos", concluye el extremeño.

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