La final del Camino hacia Las Ventas se convirtió en un paseíllo de cientos de niños y jóvenes clamando libertad para la Escuela Taurina de Madrid y pidiendo a Manuel Carmena que «no cierre» su sueño de ser toreros. «Libertad para enseñar, libertad para aprender, libertad para crear» , se leía en una de las numerosas pancartas.
El grito de «Sí, sí, sí, a la Escuela de Madrid» se extendió en los tendidos de manera emocionante.
El certamen fue una auténtica fiesta de toreo, con Carlos Ochoa , alumno de la Marcial Lalanda, como máximo triunfador por la Puerta Grande entre los aplausos de miles de espectadores.
Ángel Téllez, al que el presidente le robó la gloria en el sexto de manera insensible e incomprensible pues la petición era de mayoría absoluta, y Pablo Mora cortaron una oreja a los erales de Jandilla.
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