Luz Valdenebro y María Morales, durante un ensayo
Luz Valdenebro y María Morales, durante un ensayo - Smedia

Pablo Messiez lleva al teatro la inquietante novela de Samanta Schweblin «Distancia de rescate»

«La distancia» es el primer montaje de la productora Bacantes Teatro

Madrid Actualizado: Guardar
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Pablo Messiez es una de las más emocionantes voces del teatro español actual (aunque de origen argentino, vive y trabaja en nuestro país desde hace años). Tras el éxito de «La piedra oscura», de Alberto Conejero -uno de los mayores éxitos recientes de la escena española-, encontró en la novela «Distancia de rescate», de su compatriota Samanta Schweblin, una historia que merecía ser contada sobre el escenario. Al mismo tiempo, Bacantes Teatro -una compañía surgida a raíz del encuentro de varias profesionales en el montaje de Animalario «Urtain»- buscaba una función con la que echar a andar y se acercó a Messiez. El resultado es «La distancia», un montaje que se estrenó ayer en el teatro Galileo, donde estará hasta el 1 de abril.

El propio Messiez firma la versión escénica, que interpretan Fernando Delgado, María Morales, Estefanía de los Santos y Luz Valdenebro. La escenografía y el vestuario los firma Elisa Sanz y la iluminación es de Paloma Parra.

«La adaptación ha tratado de mantener la intriga de la novela -explica Messiez-, que tiene un material inquietante y original, y darle teatralidad. Ha sido un trabajo complejo y estimulante, donde he buscado la potencia teatral de cada escena».

Ciencia ficción

«La distancia» cuenta la historia de dos mujeres, madre e hija, que se van a vivir al campo. «Allí sufren una intoxicación -cuenta Messiez-, y en ese intento de entender qué pasa, Samanta Schweblin construye un relato magnético casi de ciencia ficción.

Sin embargo, hay en la novela, y en la función, una soterrada denuncia ante una situación que se vive en la provincia argentina de Entre Ríos. «Allí -cuenta Messiez- hay plantaciones de soja, que se fumigan con glisofato; este producto es nocivo y causa perjuicios a la población, como abortos o malformaciones». El director argentino asegura sin embargo que en el texto «no hay ninguna intención panfletaria. La autora construye con la historia un relato inquietante».

Messiez tampoco ha querido incidir en la herida. «No me interesa en absoluto el teatro didáctico, y en este montaje no tengo la intención de aleccionar a nadie, sino de crear inquietud en los espectadores y de contar una historia». Coincide en esto con las integrantes de Bacantes Teatro: «Nuestra voluntad es la de reflejar la vida que vivimos, indagar en el quién somos a través del entretenimiento, siendo motor de inspiración y pensamiento. “La distancia” es un fiel reflejo de algo que está sucediendo, entre otras muchas cosas, en nuestra sociedad actual; nos están envenenando a través de los pesticidas que riegan nuestros alimentos. Y gracias a la adaptación de Pablo Messiez y de los textos introducidos escritos por él mismo, intentamos respondernos a eternas preguntas del ser humano: ¿Quién soy? y ¿qué es todo esto?»

Pero lo que se cuenta en «La distancia» es la historia de Amanda y de su hija, que llegan al pueblo buscando la calma. Cuentan los responsables del montaje que «Amanda llama “distancia de rescate” a la distancia variable que la separa de su hija. Que está siempre alerta a ella, aunque arriesgando de más. Tal vez por eso haya elegido el campo abierto y sin obstáculos como destino para sus vacaciones con ella. La posibilidad de estar cerca en la inmensidad, de contemplar juntas la distancia sin tensar el hilo entre ambas». «La obra habla también de esto -dice Messiez-, del cómo podemos cuidar a la gente a la que amamos, de la sensación de que no podemos cuidarlos tanto como queremos».

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