Roberto Enríquez y María Adánez, en una escena de «Mi pequeño poni»
Roberto Enríquez y María Adánez, en una escena de «Mi pequeño poni» - LUIS MALIBRÁN

María Adánez: «En nuestra sociedad estamos infectados de ideología»

La actriz interpreta, junto a Roberto Enríquez, a partir de mañana en el teatro Bellas Artes de Madrid, «El pequeño poni», una obra de Paco Bezerra sobre el acoso escolar

Madrid Actualizado: Guardar
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«Es la primera función en muchísimo tiempo que hago con vaqueros», bromea María Adánez. Se refiere la actriz a «El pequeño poni», una obra de Paco Bezerra que interpreta junto a Roberto Enríquez, y que estará a partir de mañana en cartel en el teatro Bellas Artes de Madrid. La dirige Luis Luque –director de cabecera de María Adánez–, con escenografía de Mónica Boromello, vestuario de Almudena Rodríguez, música de Luis Miguel Cobo, vídeo de Álvaro Luna e iluminación de Juan Gómez Cornejo.

La obra presenta a los padres de un niño que sufre acoso escolar por el simple hecho de llevar una mochila con el dibujo de una serie infantil de animación; en el colegio le prohíben acudir con esa mochila y le acusan de provocar con ella los ataques.

Los padres discuten sobre la manera de enfrentarse al problema y de encararlo. Es, dice Luis Luque, «teatro de ideas, en el que se confrontan dos posiciones muy reconocibles, y que son igual de válidas. Uno de los primeros debates que se plantea es: ¿libertad o seguridad? También surge el debate sobre la actitud de la mayoría frente al que es diferente, y viceversa. La madre defiende unas posiciones en principio más conservadoras, y el padre lo hace con las que en un primer momento nos pueden parecer más liberales. Pero Paco Bezerra no toma partido ante ninguna de las dos, no señala culpables y, finalmente, nos presenta a dos padres que tienen mucho miedo a que a su hijo le pase algo, y no encuentran ni la manera de defenderlo ni de enfrentar el problema».

«Un trabajo muy honesto»

Para María Adánez, «El pequeño poni» es una función muy especial. «Se trata –confiesa– de un trabajo muy honesto por mi parte, sin nada de artificio ni composición. Es un trabajo que no he hecho nunca en mi vida; los actores tenemos en el teatro un compromiso no solo como intérpretes, sino también como seres humanos y, en mi caso, como mujer, claro. Irene es mi primer personaje sin traje de época, sin moños, sin todos estos elementos que en cierto modo nos distancian de ellos. Irene es una mujer de ahora, normal, como yo, que tiene un hijo –yo no soy madre–; y la manera de abordar este trabajo ha sido muy honesta, repito, y muy comprometida».

«Los actores corremos el peligro, cuando hacemos personajes de época, de engañarnos a nosotros mismos, y buscamos unas formas a la hora de movernos que nos provocan cierta artificiosidad. Esa es la gran trampa. Pero ésta es una función en la que estamos prácticamente desnudos, y es desde esa desnudez desde donde afronto el personaje». No ser madre le ha supuesto a María Adánez un obstáculo a la hora de empatizar con el personaje de Irene. «En los primeros días de ensayos, Luis Luque me decía: “María, no veo a tu hijo”;tuve que trabajar mucho para encontrar a ese niño. Lo hubiera afrontado de otro modo si fuera madre».

«En esta obra –insiste la actriz– no hay buenos ni malos; Irene, aparentemente, es un personaje conservador, que acepta la prohibición del colegio para que su hijo no sufra. Pero es que a ella, en el fondo, no le gusta su hijo; ella quiere que sea normal. Y es muy interesante». El problema deriva, finalmente, en un debate ideológico. «Estamos en nuestra sociedad totalmente infectados de ideología, y un problema de relaciones humanas se convierte en un combate ideológico entre los padres, en el que el niño termina desapareciendo. “El pequeño poni” habla de lo poco tolerantes que somos a día de hoy los seres humanos, y no aceptamos al diferente, cuando todos lo hemos sido, o lo seguimos siendo».

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