FESTIVAL FLAMENCO ON FIRE

Tres cantaores son multitud

Carmen Linares, Arcángel y Marina Heredia protagonizan «Tempo de Luz», un espectáculo con los mejores mimbres al que aún le tiran las costuras

De izquierda a derecha, Marina Heredia, Arcángel y Carmen Linares, durante el espectáculo EFE

DAVID CALZADO

Que la unión hace la fuerza es una evidencia también en el flamenco. Cuando tres cantaores del sanedrín jondo como Carmen Linares, Marina Heredia y Arcángel se reúnen con dos de los grandes guitarristas del momento, Miguel Ángel Cortés y Bolita de Jerez, las percusiones elegantes de Paquito González y el baile de Ana Morales, el resultado no puede ser malo. Si al frente de la propuesta está uno de los grandes productores del flamenco, Isidro Muñoz , las garantías de éxito son mayores y a él se debe una propuesta y una escenografía amable y cuidada. Tanto bueno junto se notó también en la taquilla del Baluarte que registro una buena entrada.

«Tempo de Luz» es un espectáculo sin más concepto que el de unir la calidad en las distintas voces y estilos. Quizá el único hilo conductor sean las letras del propio Isidro Muñoz, uno de los pocos compositores que han renovado con acierto la poesía flamenca. Desde el inicio a compás de nudillos se percibe la intención de aprovechar el tirón cantaor de las tres figuras. A Carmen Linares le va la marcha y se atreve a unirse a dos voces sobresalientes de las que aprietan en los tonos. Como el recital en general, su cante fue de menos a más hasta terminar en el cierre del espectáculo con el eco de sus años mozos. Marina Heredia y Arcángel representan dos cantes contrapuestos que están triunfando desde hace tiempo. Marina es el desgarro de lo racial , con ese cante recio y poderoso; Arcángel, el rizo vocal , capaz de fraseos imposibles a compás. A él le vienen como anillo al dedo las composiciones barrocas de Isidro Muñoz. Pocos pueden meter por alegrías letras como la que se escuchó ayer: «Tan solo con su presencia/ me aturulla su persona/ que escribo con b Valencia/ y con v, Barcelona/ En taconcito viene, avasallando/ y con la b con la v, están bailando...»

Al espectáculo -una producción de Flamenco Festival que estará en Nueva York y Londres en unos meses - le falta aún rodaje para fluir con más naturalidad. Un par de horas antes del inicio del concierto, en una mesa redonda del Flamenco On Fire , el productor Ricardo Pachón hablaba con añoranza del flamenco circular, el de las juergas, en contraposición al flamenco frontal, en el que uno se sienta delante de un escenario «y se traga lo que le echen». Como el flamenco circular no se puede comprar, la clave está en acercar los dos conceptos y este espectáculo necesita liberarse, romper los corsés teatrales, para hablar al público más de cerca.

Que Marina Heredia no termine el concierto cantando de pie, descalza y desmelenada es poco habitual. Tanto ella como Carmen Linares se pelearon con enjundia con la soleá pero el acompañamiento continuo de las dos guitarras deslució el momento. Con lo profundas que suenan una guitarra y una voz por soleá. Por eso uno de los momentos cumbre de la noche fue el cante de trilla desnudo de Arcángel para el lucimiento del baile, contemporáneo y magnético, de Ana Morales .

Los dos últimos números de «Tempo de Luz» aseguran el éxito . Como penúltima pieza, el triunvirato cantó las sevillanas que Isidro compuso para Camarón , y una quinta sevillana de regalo, el «Soy libre» que escribió para Sal Marina. Las cantiñas de cierre levantaron al público de los asientos.

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