Maria Arnal i Marcel Bagés

«La política no es Rajoy y Puigdemont, sino cómo nos organizamos nosotros para vivir mejor»

El dúo catalán ha obtenido un éxito sorprendente con su disco «45 cerebros y 1 corazón», en el que conjuga la música popular con influencias tan dispares como la electrónica, el indie, el hip hop de Kate Tempest o los cómics de Alan Moore

Maria Arnal (izquierda) y Marcel Bagés se conocieron hace sólo tres años y medio ABC
Israel Viana

Esta funcionalidad es sólo para registrados

Hasta hace tres años, Maria Arnal jamás se había subido a un escenario. Su primera clase de canto —«simplemente porque me gustaba, sin ninguna pretensión»— la había dado unos meses antes. «Fue muy fuerte, porque todos los profesores me decían que tenía que desacomplejarme y enfrentarme al público. Yo ni soñaba con esto, era imposible», recuerda.

Entonces le presentaron a Marcel Bagés , un guitarrista que, tras abandonar la carrera de Telecomunicaciones con 22 años, se puso a estudiar jazz «a tope», se aficionó después a la improvisación y hasta comenzó un proyecto en su pueblo, Flix (Tarragona), relacionado con la jota. «Ahí aparecí yo», subraya Arnal, que también aprendió a cantar escuchando por su cuenta antiguas canciones del folclore español registradas por Alan Lonax en los años 50, durante sus viajes por el país.

Poco después de cruzarse sus caminos —«yo no quería un guitarrista tradicional y él tenía un bagaje muy variado»— todo ha ido sorprendentemente rápido. Con su primer epé comenzaron a llenar salas y recibir elogios de la prensa catalana. « Verbena » fue elegido sencillo del año pasado para « Rockdelux » y mejor obra artística de 2016 para « Time Out ».

Su primer disco, « 45 cerebros y 1 corazón » ( Fina Estampa , 2017), no se hizo esperar y ya suena para disco del año en España. Las entradas para verles en el Teatro Lara de Madrid llevan agotadas un mes. «Alucinamos con toda la atención que estamos recibiendo. Hace poco tenía una vida y ahora, de repente, tengo otra», reconoce Arnal sobre este original proyecto que, partiendo de la música popular, bebe de fuentes tan dispares como la música electrónica o el indie, de artistas como Arca y la rapera Kate Tempest , de los cómics de Alan Moore o de los textos de autores catalanes como Héctor Arnau , Ovidi Montllor o Joan Brossa . «Intentamos derribar los límites de lo que se espera de un dúo. El álbum es una muestra de nuestra investigación, experimentación y curiosidad a la hora de abordar la música».

Con tan solo un disco están llenando salas cada vez más grandes con mucho tiempo de antelación. Su proyecto crece muy rápido…

Todavía estamos alucinados. Antes de este primer disco sacamos una maqueta que funcionó muy bien. La prensa de Barcelona nos apoyó muchísimo y, cuando publicamos «45 cerebros y 1 corazón» en abril, ya había un ‘run run’ muy sorprendente. Agotamos las entradas de la presentación de nuestro disco en Barcelona un mes antes y, menos de tres meses después, hicimos sold out con más del doble de gente en la sala Barts. Este año ya nos han dado un Premio Altaveu, que es muy importante. Muchas veces parece que cuando te pasa algo bueno, un reconocimiento como este a tu pasión, parece que tengas que tener miedo… pero nosotros lo vivimos con agradecimiento.

¿No se han agobiado en ningún momento?

Bueno, lo que pasa es que estamos haciendo un número de bolos por mes que no habíamos hecho nunca. Sobre todo yo, que no había cantado antes. En julio hicimos 14 y así casi todos los meses. En octubre hicimos 13. Estamos a un nivel de trabajo muy fuerte y eso no es que agobie, pero cansa bastante. Y es un cansancio muy distinto al de los trabajos de antes. He tenido que aprender a vivir sin rutina durante meses y, después de las expansiones tan fuertes que suelen ser los conciertos, también a llegar a casa y hacerlo otra vez todo pequeño. Tengo que aprender a descansar en ciertos aspectos. Han sido dos años muy intensos en los que he aprendido muchas cosas de la profesión y en los que mi vida se ha reducido a esto. Pero soy mucho más feliz…

¿No le entraron inseguridades ante el éxito?

Claro que sí, me sucedió cuando el proyecto se hizo más grande. Me han entrado dudas en más de una ocasión de si seremos capaces de mantener el nivel, de hacer canciones mejores o de conectar con la gente.

¿Que hacía antes?

Estudié traducción y literatura, después un máster de posgrado en dramaturgia y trabajé en un montón de cosas. Entre ellas, varios años en el Teatro Lliure de Barcelona de taquillera, acomodadora y librera. Luego empecé a estudiar un poco de antropología y, después, estuve un año entero de rehabilitación porque me rompí el fémur en un accidente en el teatro. Fue en ese parón cuando empecé a pensar en hacer cursos de canto, simplemente porque me apetecía.

¿En qué consistían los trabajos de campo que comenzó a hacer usted por esa época con archivos sonoros y textos populares?

Ese era el proyecto al principio, porque aprendí a cantar, también, escuchando grabaciones de canciones tradicionales del Archivo de Alan Lomax [célebre documentalista que recorrió Estados Unidos durante la primera mitad del siglo XX grabando el folclore americano y que, en los años 50, hizo lo propio en el Caribe, India y Europa. A España llegó 1952 y, durante nueve meses, viajó de pueblo en pueblo grabado fandangos, flamenco, canciones de amor tradicionales, temas religiosos, pero también el sonido de bodas, de las campas de la catedral de Pamplona o conversaciones callejeras. Todo ello acompañado de sus notas personales y de fotografías. Lomax visitó Galicia, Asturias, Euskadi, las dos Castillas, Baleares, Extremadura o Andalucía. En total registró más de 3.000 grabaciones de lo más variopinto], de la Fonoteca de Materials de la Comunidad Valenciana o la Escuela Superior de Música de Cataluña (ESMUC). Todos estos sitios han digitalizado un montón de archivos en los últimos cuatro años y están a disposición de cualquiera a través de internet, ya no hay que ir a la biblioteca. ¡Es brutal! Me gustaba partir de ellos para hacer mis propios temas, teniendo en cuenta que estos ya están libres de derechos. Aquello me ayudó a abrir la mente con respecto a la idea del folclore, ya que tendemos a pensar que la jota es sólo de Aragón y la sardana de Barcelona, pero es mentira. Hay una variedad grandísima, aunque sólo se hayan potenciado ciertas canciones desde el imaginario más franquista. Ahí descubres que la propia música nos acerca mucho más que las propias etiquetas. No hay que olvidar que quien recopilaba esas canciones era la sección femenina de la Falange.

Su camino no es el habitual al de la mayoría de grupos que consiguen atención…

Es cierto, pero me lo he currado mogollón. Imagínate lo que significa que haya ido todo tan bien y no sentirte una estafadora, porque no has hecho el camino normal. En poco tiempo he tenido que convencerme de que era posible hacer lo que parece imposible desde fuera. En mi caso, esa normalidad es la que me oprimía, diciéndome a mí misma que lo que tenía que hacer era un trabajo normal como traductora.

¿Viven exclusivamente de la música ya?

¿Sin apuros?

Sí. Nos va muy bien, la verdad.

Marcel sí era músico antes, ¿verdad?

Exacto. Su abuelo era músico, su padre es un gran melómano y sus hermanos también se dedican a a la música. El pequeño toca la batería en varias formaciones de free jazz y el mayor, Joan Bagés, se dedica a la electroacústica, una propuesta minoritaria por la que siempre está viajando por el mundo. Marcel dejó la universidad con 22 años y se puso con la guitarra a tope.

Cuando ganaron en febrero el Premio Ciutat de Barcelona de Música, el jurado destacó la «revitalización del patrimonio oral que destaca tanto por la dimensión social y ética, como por la alta calidad musical». ¿Tan importante es esa «dimensión social y ética» en su música?

La intención de nuestra música es poder ser útil e interpelar desde nuestro presente. En nuestras letras hay intención, no solamente que sea bonito.

¿Pero es un disco político, tal y como se ha dicho en alguna ocasión, debido a que un par de canciones parten de historias sobre las fosas comunes de la Guerra Civil?

Las etiquetas tienden a limitar, pero nosotros no queremos hacer eso ni con nuestros instrumentos. También dicen de nosotros que la voz es tradicional y la música experimental. ¿Perdona? Las canciones no se hacen solas, las hacemos entre los dos, de manera que mis ideas pueden estar también en las guitarras de Marcel y las suyas en las voces. Y claro que nuestro disco es político, pero porque yo no separo la política de la vida cotidiana, para mí es lo mismo. Yo no creo que la política sea Rajoy y Puigdemont o los partidos, sino cómo nos organizamos para vivir mejor. Nuestra música también está dentro de esa intención.

¿Cómo fue la primera vez que Marcel y usted se sentaron a tocar?

Fue muy fuerte. Nos juntamos durante tres días para preparar un pequeño repertorio para un concierto que íbamos a dar y la conexión fue espectacular. Somos diferentes y complementarios a la vez. Y aunque nos peleamos a veces, Marcel se ha convertido en uno de mis mejores amigos.

¿Y el primer concierto?

Fue en el Carrer del Pescador de la Barceloneta, el 24 de septiembre de 2014. Era una fiesta popular y autogestionada por las vecinas del barrio, la mayoría antiguas pescadoras del mercado de unos 70 u 80 años. Fue increíble, el mejor bautismo posible. Después estuvimos como un año haciendo muy poquitos bolos, como de broma, hasta que conocimos a nuestro manager, Gerardo Sanz, que fue muy importante en mi vida y nuestro proyecto.

Nunca se había subido a un escenario. ¿Se puso nerviosa?

Sí. Estaba nerviosa, pero bien. Fue como un regalo en un momento como ese en el que estaba trabajando de taquillera en el teatro.

El folclore español es ese gran desconocido del que todo el mundo habla.

Exacto.

Pero sus influencias musicales van mucho más allá del folclore.

Claro. La música tradicional ha sido el punto de partida del proyecto y de muchas canciones. No hay que olvidar que yo aprendí a cantar con esas grabaciones antiguas, pero también hay una intención de añadirles elementos para entender esa música tradicional de una manera distinta. Y claro, nosotros también escuchamos mucha música electrónica. Nos interesa muchísimo el productor de Bjork, Arca. Y para mí fue muy importante la influencia de la rapera, novelista, dramaturga y poetisa inglesa Kate Tempest, a la hora de escribir las letras. Sobre todo «Let Them Eat Chaos» (Fiction, 2016), un disco maravillo. También me gusta la imagen que proyecta, teniendo en cuenta el momento de hipersexualización que vivimos.

¿Y dónde podemos ver la influencia del cómic de Alan Moore, «Promethea»?

Sobre todo, en la escritura de «Tú que vienes a rondarme», por ese imaginario que tiene mucho que ver con el tarot y los planetas. Promethea es la diosa de la sabiduría que se encarna en algunas mujeres a lo largo de la historia. Me interesa mucho esa relación de lo tradicional con el cosmos. La base electrónica de esa canción la hicimos junto a Grey Filastine, un músico estadounidense que trabaja por todo el mundo, pero está afincado en Barcelona. Con él trabajamos algunas ideas para la parte rítmica del disco. Fue él quien nos habló de esa historia maravillosa de Carl Sagan, que diseñó un disco de oro para la expedición de la Sonda Voyager, el cual se envió al espacio a finales de los 70 con la palabra «hola» grabada en muchos idiomas, con fotografías de la tierra o esquemas del ADN y con música de toda la tierra. Este disco sigue todavía por el espacio y para mí sintetiza algo así como la emoción del primer contacto, que es de lo que habla un poco esa canción, cuyo sonido del principio es un sampler de esta sonda.

¿Cuando terminaron «Tú que vienes a rondarme, pensaba que iba a tener ese éxito?

¡Qué va! Para nosotros era un canción más. Pensábamos que, incluso, había otras mejores. Cuando lo estábamos grabando, el técnico de grabación nos dijo que esa canción era brutal. Y luego, el manager aseguró rápidamente: «Estoy flipando. Es el sencillo sí o sí». Nosotros, incluso, quisimos cambiar el nombre del disco para que hiciera más referencia a este tema, pero al final no lo hicimos. De todas formas, todo el trabajo que se inició con esta canción va a estar en el próximo disco.

¿Quiere decir que el siguiente álbum va explorar más ese estilo de canción?

Bueno, sí. Es que fue la última que compusimos y está más cerca de lo que estamos haciendo ahora.

¿Piensan ahora más a largo plazo?

Ahora mismo estas son nuestras profesiones y los dos queremos tener esta vida.

¿Han salido fuera de España?

¡Uy, sí, eso es muy fuerte! La semana pasada estuvimos en Sofía (Bulgaria) y fue maravilloso. Pero este verano hemos estado en Portugal, Francia, Moscú y Kazajistán. Cuando empezábamos a tocar, creía que algunas de las canciones les iban a parecer muy frikis, pero qué va, fue increíble.

¿Han recibido ya ofertas de alguna multinacional?

Mmmmmm… creo que alguien ha preguntado, pero no sé muy bien.

¿No sabes o no puedes decirlo?

Mmmmmmm…

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación