Fangoria: «Pedro Sánchez es el político más robotizado»

La cita con Nacho Canut y Alaska tiene lugar en un sitio de lo más extraño: una tienda de juguetes del centro de Madrid. Pero enseguida nos aclaran la razón. «Los dos robots que salen en la portada del disco los venden aquí», explica Nacho mientras ella se da un retoque de maquillaje. El diseño de la carátula ha corrido a cargo, como siempre, de su amigo Juan Gatti, que en la carpeta interior ha conseguido plasmar una composición visual muy al estilo de Hipgnosis (el colectivo de diseño gráfico que se hizo famoso por sus carátulas para los grandes dinosaurios del rock setentero). La imagen muestra la típica escena familiar americana de los sesenta, pero con un toque de lo más inquietante, ya que los personajes parecen más robots que humanos.

«Que te haya recordado a Hipgnosis es genial, cuando se lo digamos a Gatti va a saltar de alegría», dice Alaska, que en este disco asegura haber buscado «los contrastes de siempre, los extremos que caracterizan la música de Fangoria».

En «Canciones para robots románticos», producido a medias por Guille Milkyway y Jon Klein (cada uno a lo suyo, sin meterse en las canciones del otro) hay, curiosamente, más referencias a David Bowie que en ningún otro álbum del dúo. Y decimos curiosamente porque es obvio que ellos no sabían que moriría sólo unos meses después de terminar la grabación. «Hemos metido el ¡bip-bip! de la canción “Fashion”, la guitarra de “All The Young Dudes” y el pa-pa-pa de “Satellite Of Love”, que bueno, es una canción de Lou Reed pero la hizo con Bowie», explica Canut, que en su brazo derecho luce un tatuaje del rayo rojiverde de «Aladdin Sane» recién hecho.

Exceso de corrección

Los dos aseguran que una buena descripción del disco sería decir que contiene «música para que bailen los robots». Como dice Alaska, sus canciones «no tienen ritmo, en el sentido de lo que la gente considera ritmo, pero sí son muy bailables por un robot». «O por cualquier persona occidental», añade Canut, que justo después se pregunta: «¿Es políticamente correcto decir que un negro tiene más sentido del ritmo que un blanco? ¿Me van a acusar de racista? Porque está todo tan raro que...».

Una vez dicho eso, imposible no sacar la política en la conversación. ¿Que quién es el político más robotizado de la actualidad? «Ninguno», dice Alaska, no sin aclarar que «estar robotizado es algo que consideramos bueno, positivo». «En ese sentido, yo del que más me fío, porque le veo más robotizado, es Pedro Sánchez», dice su socio. «Pero porque es más alto, y más cuadrado», responde Alaska. «No lo sé, es un robot perfecto. A los otros les veo dar bandazos. Ahora me pongo vaqueros, ahora esmoquin. Y el otro siempre está sudando....»