Las estrellas del jazz acuden a su cita con los grandes festivales

Las programaciones de jazz en verano siguen su camino con paso firme. Se afianzan en múltiples localizaciones, retan el poder de convocatoria del rock y ofrecen una alternativa a las estrellas mediáticas de la canción ligera. San Sebastián llega a su 51 edición en breves días, San Javier se desarrolla en estos momentos, al igual que el Universijazz de Valladolid, en Madrid las Noches del Botánico reservan algunas veladas al género, y en Vitoria arranca hoy una cita que cumple 40 años de historia. La novedad más reseñable de la programación del festival alavés es que alcanza, en efecto, su edición número 40, pero no lo celebra de manera especial, si no es porque al cartel acuden algunos de los nombres que, en las dos últimas décadas, más lustre han dado a este encuentro.

Como es de rigor en la fórmula, la sección oficial del festival arranca hoy con la cita de los espirituales y el góspel, con el concierto que ofrece Bryant Jones al frente de las Victory Gospel Singers. Se trata de una de las muchas ofertas que el supermercado espiritual estadounidense ha situado en la rampa de la popularidad, y su paso por festivales como los de Madrid, Berna o Milán aseguran la inapelable complicidad del público, gracias al atractivo apilamiento rítmico que sugieren las vocalizaciones de este coro.

Y, mientras se degusta esta entrega de espiritualidad, al día siguiente llega la carnalidad del blues, con el estreno de la cantante Ruthie Foster y el regreso del trío de Taj Mahal, personaje este que es al blues lo que Sonny Rollins al jazz. Una leyenda viva y un capítulo de imprescindible revisión cuando lo que se quiere es saber cómo se ha producido la evolución de una música procedente de África que fue una vez encajada a empellones en las tierras anegadas del Mississippi.

La sección oficial prosigue el jueves con los grupos del trompetista Tom Harrell y del saxofonista Joshua Redman. El primero pertenece a una escuela de músicos que solo saben buscar la excelencia y viven para contarla. Es el trompetista que descubrimos hace mucho en la formación de Phil Woods, y que después, como ahora, ha caminado por su propio pie. Joshua Redman, por su parte, ha fundado para la ocasión un cuarteto, cuyos componentes ven en el hard-bop tardío una música que responde estrictamente al tiempo presente.

Al pianista Kenny Barron y al contrabajista Dave Holland les sucede lo mismo. Sus discursos se cruzaron el pasado año en el esplendoroso disco «The art of conversation», y ahora vienen a presentarlo. Y, con ellos, en el segundo pase de la velada, Jamie Cullum, un cantante que resume a la perfección el signo de los tiempos: canta un poco de todo y siempre con mirada revisionista.

Reencuentros

La velada de clausura de la sección oficial tiene, igualmente, carácter de reencuentro, con dos propuestas de altura y alcance: Cécile McLorin Salvant, acompañada del Aaron Diehl Trio, y la visita del dúo que componen el guitarrista Pat Metheny y el contrabajista Ron Carter. Tienen intención de homenajear al malogrado Charlie Haden, reproduciendo aquel sugestivo temario que ilustraba el disco «Beyond the Missouri sky», grabado en 1997 por este contrabajista y el guitarrista norteamericano.

Vitoria no pierde, en todo caso, el contacto con la realidad musical presente, y, a través de cinco sesiones vespertinas que tienen lugar en el Teatro Principal, vuelve a poner en funcionamiento la sección «Jazz del siglo XXI». En ella estarán presentes en días sucesivos Pablo Martín Caminero y Chris Cheek; Ximo Tébar, Gogo Penguin, Yaron Herman y Rudresh Mahanthappa. Finalmente, los seguidores de las jam sessions del Hotel Canciller Ayala tienen oportunidad igualmente de disfrutar con las presentaciones del trío del pianista Benny Green y con la música del proyecto Louis Prima Forever.