Entrevista

Cuban Beats All Stars: «Racismo hay en todas partes, en Estados Unidos, en París y en Cuba»

La formación cubana, heredera de la banda Orishas, presenta el 8 de diciembre en la sala Galileo Galilei de Madrid, y el 18 en la Sala López de Zaragoza, su disco de debut «La receta»

MADRID Actualizado: Guardar
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Música tradicional, sonidos orgánicos y rap. Este era el secreto de una banda llamada Orishas que irrumpió en 1999 y cuya música dio la vuelta al mundo. Uno de sus tres rostros visibles, Himram Riverí «Ruzzo», sigue adelante con la banda Cuban Beats All Stars, formado con algunos de los músicos que acompañaban al trío, más la incorporación de Roemer Pinatel, cantante sonero y multi-instrumentista.

Este martes actúan en la sala Galileo de Madrid, donde presentarán su disco de debut, «La receta», en el que vuelven a cocinar su música con los ingredientes antes citados. Ruzzo, Vladimir Núñez y Roemer nos hablan de este álbum, que trata de asuntos como su regreso, el enriquecedor mestizaje y la denuncia del racismo, y que empieza con un tema titulado «Cubañol».

–¿Que es el «cubañol»?

–Ruzzo: «Cubañol» es una palabra que utilizamos como uno de los puntos esenciales del álbum, y es el rescate de la oralidad popular. El lenguaje de la calle. Tenemos hasta un diccionario de lo que es el argot popular en Cuba.

–Esta canción reivindica también que aquí están de nuevo. ¿Alguien les daba por perdidos?

–Ruzzo: Bueno, era el comentario diario de nuestro barrio: «Estás perdido, compadre», «no te oímos en la radio»... es el tipo de contacto diario.

–Vladimir: Claro, como que seguimos la ruta, el camino.

–Roemer: Aunque no nos escuchen, seguimos trabajando.

–¿Cómo es el salto de pasar de un grupo afianzado, para empezar con un nuevo proyecto? Por un lado habrá comparaciones, pero por otro ya tienen parte del camino avanzado...

–Ruzzo: Es diario eso, la comparativa, porque prácticamente somos el mismo equipo, salvo la última incorporación, Roemer. Pero tú ves, ahora hay otra complejidad dentro del concepto anterior, que es rap cubano con instrumentos orgánicos. Le damos una evolución, un toque más moderno.

–Vladimir: Y sobre todo no entramos en competitividad, sino que es un proyecto nuevo, humilde, diferente. Investigamos, y empezamos de cero, con los pies en la tierra y las ideas muy claras de qué queremos y a dónde queremos llegar. Porque es evidente que la gente que nos escucha y nos ve va a hacer sus comparaciones.

–Roemer: Hay elementos que se siguen usando, pero eso no significa que no llevemos el tubito de ensayo en el bolsillo.

–Vladimir: Evidentemente algo de similitud hay en nuestros temas, y es lógico, porque somos el mismo equipo, pero queremos marcar una diferencia.

–Roemer: Por eso me metieron a mí (ríen).

–¿No se vieron tentados de entrar en los terrenos del reguetón, que ahora arrasa en Cuba y por todos lados?

–Ruzzo: No, no es la cuerda, no es la idea.

–Roemer: Intentamos hacer música para hoy y para mañana.

–Vladimir: De todas maneras, vas a un barrio popular, o a una fiesta popular, y la gente sigue escuchando música cubana, la timba cubana, la salsa cubana. En ese circuito de barrio de festejos sí la escucha la tradición. Escuchan a Simonet y su Trabuco, a los Van Van... El reguetón ha arrasado con todo, pero pienso que como toda las modas, esto pasará, que lo que lleva el cubano dentro, su raíz, siempre va a estar ahí y volverá a resurgir.

–Aunque no vivan en Cuba, ¿cómo ven la apertura que se vive ahora mismo en la Isla?

–Rizzo: Ya tocaba.

–Vladimir. Es superpositivo. Llevaban sesenta años viviendo como estaban viviendo, y tengamos en cuenta que Cuba está a 90 millas de Estados Unidos. Es más barato que hacer intercambio comercial con Europa, y todo llega más rápido a la población. Aunque llegará muy de a poco, no creo que tenga un efecto inmediato, y respeto las opiniones de mucha gente que está en contra, como Andy García. No voy a decir que está equivocado, pero creo que hay que mirar por el pueblo de Cuba, porque mejore su vida y su situación, que puedan montar su negocio, gestionar su vida y crecer como seres humanos.

–En el disco hablan de racismo. ¿Lo han experimentado?

–Ruzzo: Eso está en el corazón, Si no se cura ahí...

–Vladimir: Está muy presente hoy en día, por todas partes. En Estados Unidos es increíble, yo lo he vivido. Lo he visto delante de mis ojos, con Orishas. Por ejemplo, recuerdo que fuimos a Detroit, que en ese momento estaba en ruinas con la crisis. Estábamos haciendo la prueba de sonido en un festival que se celebraba en un párking, y había allí unos afroamericanos que nos aplaudían cada vez que terminábamos una canción, era gente muy humilde y estábamos muy tranquilos; y de repente llegaron dos coches de policía y los empujaron contra el coche, los revisaron de arriba abajo... Lo vi y nunca entendí porqué. Me sentí mal.

–Roemer: Esto pasa igual en París, y en Cuba, donde a los negros no les dejan entrar en los hoteles.

–Ruzzo: Pero en Cuba el racismo ya pasó a ser humor. Los rubios se dicen negros, los negros son rubios... Ya es algo folclórico. Pero si te sales del ámbito del pueblo y vas a las instituciones ya es otra historia.

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