Una imagen del montaje presentado en el festival inglés en 2008
Una imagen del montaje presentado en el festival inglés en 2008 - festival de glyndebourne

«Hänsel y Gretel», de ópera de hadas a sátira consumista, en el Teatro Real

Coincidiendo con la exposición en la BNE, el coliseo madrileño presenta a partir del 20 de enero la versión lírica del cuento compuesta por Humperdinck en la producción del Festival de Glyndebourne

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En el marco de actividades celebradas entorno al cuento «Hänsel y Gretel», el Teatro Real presenta a partir del 20 de enero la versión operística del texto de los hermanos Grimm. Se trata de la ópera más conocida de Engelbert Humperdinck, que llega a Madrid en la producción realizada para el Festival de Glyndebourne por Laurent Pelly. El montaje, estrenado en 2008, es muy típico de estas fechas navideñas, de ahí que el diario británico The Telegraph haya colgado en su web durante estas fiestas (y hasta el domingo 4 de enero) el vídeo completo de la producción, que se puede ver de manera gratuita.

La versión de Pelly es una lectura del clásico llena de comicidad pero también de crítica social.

Una sátira consumista contra la comida basura. Humperdinck empezó a componer «Hänsel y Gretel» en 1890 en Fráncfort, escribiendo la música para cuatro canciones basándose en un libreto escrito por su hermana, Adelaide Wette, que se inspiró en el cuento homónimo de los hermanos Grimm. Un año después había creado 16 canciones, hilvanadas por un diálogo. Discípulo y asistente de Richard Wagner, Humperdick trasladó cierta influencia del compositor alemán a su obra.

El estreno definitivo de la ópera se produciría el 23 de diciembre de 1893 en Weimar, bajo la batuta del compositor Richard Strauss, que calificó la partitura como «una obra maestra de eximia calidad, original en todo, nueva y auténticamente alemana». Entre los compases de la partitura, el compositor de «Salomé» encontró trazas de la textura wagneriana que degustaba a diario Humperdinck de la mano de su mentor, pero también una fuerza tan poderosa que era fácil saber que se convertiría en uno de los títulos más populares del público alemán.

«Era la ópera favorita de Strauss», puntualiza la soprano Sylvia Schwartz, que se mete en la piel, por primera vez, de Gretel, uno de los niños, que junto a Hänsel, se pierden en el bosque y se topan con la casa de una malvada bruja (interpretada por José Manuel Zapata). «Aquí el director de escena ha llevado la historia a tiempos modernos, haciendo una crítica social. Aunque este montaje se estrenó en 2008, ya se adelantó a lo que ha pasado después. Va en contra del consumo y la comida que no es natural. En lugar de que los niños coman galletas de jengibre, toman coca-cola y cosas así...». Lauren Pelly, que también firma los figurines, transforma la casa de mazapán de la bruja en un supermercado, mientras sus padres duermen entre cartones reciclados.

En cuanto a la vocalidad, teniendo en cuenta las influencias wagnerianas, la soprano reconoce que se ha sentido «gratamente sorprendida por lo bien que la ópera está escrita para mi voz». Sobre sus compañeros de reparto, destaca a la mezzosoprano Alice Coote, «que ya ha interpretado esta producción en muchas ocasiones y la conoce muy bien. Es una cantante de primera». Indica que la escritura musical está formada por las canciones y «una sola línea de diálogo». «No se trata de números cerrados como puede suceder en el clasicismo, sino que van fluyendo de uno a otro».

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