Helen Marten, ganadora del Turner 2016, junto a una de sus piezas
Helen Marten, ganadora del Turner 2016, junto a una de sus piezas - EFE
ARTE

Helen Marten devuelve algo de sensatez al Premio Turner

La inglesa se alzó el pasado lunes con las 25.000 libras del premio de este año, imponiéndose a la instalación de Michael Dean, la maqueta de un tren de Josephine Pryde y, sobre todo, al culo gigante de Anthea Hamilton que generó ríos de tinta

LONDRES Actualizado: Guardar
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Finalmente fue la pintora y escultora inglesa Helen Marten, de 31 años, la que más sonaba en las quinielas por ser la más conocida de los convocados, pero la que menos visos tenía de ganarlo por su «tendencia a un cierto al orden» en un galardón que gusta de los excesos, la que recibió esta semana el premio Turner de arte contemporáneo, dotado con 25.000 libras (unos 29.500 euros), en reconocimiento a su experimentación con los materiales y los objetos cotidianos.

En una ceremonia en la Tate Britain de Londres y retransmitida por la BBC, el jurado –presidido por el director de la institución, Alex Farquharson, y compuesto por el regidor del Bonner Kunstverein de Bonn, el conservador Tamsin Dillon, la directora del Stedelijk Museum Beatrix Ruf, y el director del Hepworth Wakefield, Simon Wallis– alabó las «cualidades poéticas y enigmáticas» de una obra que invita al público a considerar «elementos que nos resultan familiares como si se observaran por primera vez».

El nigeriano Ben Okri, poeta y novelista en lengua inglesa, fue el encargado de dar a conocer este año a la ganadora.

La benjamina del grupo

Marten, nacida en Macclesfield (Inglaterra), fue seleccionada como finalista por sus proyectos «Lunar Nibs», incluido este en la 56 edición de la Bienal de Venecia, y la instalación «Eucalyptus Let Us In», compuesta para Nueva York. La artista, que era la menor de los cuatro finalistas de este año, presentaba en ambas piezas creaciones eclécticas, a medio camino entre la escultura y la instalación, las cuales ejecuta a partir de materiales tan poco habituales como piel de pescado, monedas, tizas o bastoncillos, una práctica fuera de lo común y algo excéntrica que tanto suele seducir a este galardón.

La escultora se formó centros del Reino Unido como la Ruskin School of Drawing and Fine Art o la Central Saint Martins. El Turner es el segundo premio destacado que la inglesa gana en menos de un mes, yaque en noviembre se proclamó con el recién establecido Hepworth Prize, que le reportó otras 30.000 libras (35.400 euros), una recompensa que, sin embargo, decidió repartir entre los otros cuatro nominados.

En menos de un mes, Marten se ha alzado con dos premios bien dotados: el Turner y el Hepworth Prize

En la ceremonia de la Tate Britain, la artista, según informa Efe, aprovechó su discurso de agradecimiento para mostrar preocupación por «el avance de la extrema derecha en el mundo» y se declaró «contenta por haber formado parte de un grupo de finalistas tan brillante». Y es que Marten se impuso a otros tres artistas, Josephine Pryde, Michael Dean y, sobre todo, a Anthea Hamilton, que había acaparado la atención de los medios –y las conversaciones en redes sociales– con una instalación irreverente, centrada en el fetichismo titulada «Lichen! Libido! Chastity!», cuya pieza principal era la escultura gigante de unas nalgas masculinas, centro de atención en la Tate Britain desde que el museo comenzó a exhibir el trabajo de los finalistas en septiembre. Hamilton se tuvo que conformar hoy con las 5.000 libras (5.900 euros) destinadas a cada uno de los finalistas.

Queda escrito

Michael Dean, el único hombre de la lista, optaba al premio con «Sic Glyphs», un conjunto de piezas escultóricas a través de las cuales trataba de dar forma física al lenguaje. La pieza central de su muestra era una escultura compuesta también con monedas, esta vez de penique, hasta alcanzar la cantidad de 20.436 libras. Con esa cifra, el artista visibilizaba el que se ha marcado como umbral de pobreza para una familia con dos hijos en el Reino Unido. Por su parte, Josephine Pryde, presentaba «Lapses in Thinking by the Person I am», una instalación formada por una serie de fotografías y la maqueta en miniatura de un tren eléctrico tuneado.

El Premio Turner, no exento nunca de polémica, tiene como objetivo «promover el debate público en torno a la expresión artística», para lo que premia desde 1984 a un artista menor de 50 años afincado en el Reino Unido por un proyecto presentado durante el último año. El galardón consagró anteriormente a Tracey Emin, finalista en 1999 con «My Bed», una cama rodeada de desperdicios y ropa interior usada, y Damien Hirst, que ganó en 1995 con «Mother and Child, Divided», unas de sus conocidas urnas de formol con una vaca y un ternero partidos por la mitad. También Anish Kapoor o Laure Prouvost le dieron diferente altura al premio en sus respectivas convocatorias. La campanada se volvió a dar el pasado año cuando los galardonados fueron los arquitectos de Assemble.

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