MÚSICA

Cuarteto Quiroga: «Hay que recuperar la cercanía con el público»

Uno de los cuartetos españoles más prestigiosos inauguró el novedoso ciclo «London nº1 Music Nights», que llevará la música clásica al Café Comercial de Madrid

El Cuarteto Quiroga estrenará en febrero una pieza de José María Sánchez Verdú JOSEP MOLINA

STEFANO RUSSOMANNO

Antes de emprender una gira que los llevará por los auditorios de Lausana, Trento, Amberes, Tilburgo, Groninga, Ginebra y Basilea, los miembros del Cuarteto Quiroga hacen escala el próximo lunes en el Café Comercial de Madrid. Es el Quiroga el encargado de inaugurar el ciclo London nº1 Music Nights , una novedosa iniciativa que busca llevar la música clásica a nuevos públicos y nuevos formatos. El escenario elegido es el mítico café madrileño donde, cada segundo lunes del mes, el público podrá escuchar a renombrados intérpretes mientras toma una copa y una tapa.

-¿Es la primera vez que actúan en un escenario tan poco convencional?

-Con anterioridad hemos tocado en hospitales, cárceles, centros de inserción social, estaciones de trenes... pero es la primera vez que tocamos en un café. Es una iniciativa que ya se está haciendo con éxito fuera de España y que tiene el valor de sacar la música clásica de los circuitos corrientes. No olvidemos que es precisamente en espacios como estos donde surgió la música de cámara en el siglo XVIII: salones, lugares de reunión social que podían ser desde espacios privados hasta espacios públicos.

-Espacios con atmósferas y rituales distintos a los de las actuales salas de conciertos.

-A lo largo del siglo XIX y principios del XX, la música de cámara conquistó una serie de rituales escénicos que la colocaron en los grandes auditorios y la rodearon de una liturgia que hay que comprender y que desde luego tiene un valor, pero es oportuno de vez en cuando volver un poco a los orígenes y recuperar este espíritu.

-¿Qué más les atrae de este nuevo formato?

-La sensación de proximidad con la gente, ver de cerca sus reacciones. El propio espacio te invita luego a charlar con el público, a comentar con él lo ocurrido sobre el escenario, a conocer sus impresiones en caliente.

-Y si es con una copa delante, mejor todavía.

-Por supuesto. Antes, la música clásica se disfrutaba en contextos menos sacralizados y más desenfadados. Se creaba una interacción similar al jazz, que combina una escucha muy atenta con una participación más libre del público, que puede aplaudir incluso en medio de una pieza cuando le gusta una intervención. Algo así te permite comprobar hasta qué punto gestionas bien tu propia narrativa. Se trata de redescubrir una relación activa con el público que es lo que dio origen al género de cámara.

-En la propia música clásica, hasta hace un siglo el tema del aplauso no estaba tan regulado como ahora.

-Fue Mahler quien dijo: «Se acabaron los aplausos entre los movimientos de una misma obra». Antes, la gente acostumbraba aplaudir entremedias. El público de la época de Mozart -lo escribe el compositor en una de sus cartas- aplaudía incluso dentro de un mismo movimiento, por encima de la música. Si pensamos en esta costumbre como algo inamovible, olvidamos ciertas perspectivas históricas.

-Además de un icono como «La muerte y la doncella» de Schubert, interpretarán el «Cuarteto nº1» de Ginastera.

-Nos apetecía continuar con el mensaje de nuestro último disco, Terra, que reúne a Ginastera, Bartók y Rodolfo Halffter, es decir: la idea de que toda la música en esencia es música popular. También en Schubert se ve esta conexión: en la tarantela del cuarto movimiento o en el Trío del tercero, que es un Länder. Nos parece fundamental transmitir esa idea de que no existe tal distinción entre música popular y culta.

-Ahora mismo tienen una agenda internacional muy rica.

-Aunque España sigue siendo el país donde más actuamos, nuestra actividad concertística en términos globales está más fuera que dentro. Para nosotros supone una alegría entrar en contacto con muchos públicos diferentes.

-Como cuarteto, ¿en qué momento se encuentran?

-En un momento muy feliz. Hemos conseguido consolidar un proyecto a nivel internacional y lo hemos hecho con un equipo que humana y artísticamente funciona de manera inmejorable. Tenemos una atmósfera de trabajo muy fructífera por la efervescencia del debate que siempre genera ideas positivas y por la voluntad de descubrir nuevas cosas.

-¿Sus objetivos futuros?

-Seguir evolucionando durante muchísimos años más y, sobre todo, nunca perder esa curiosidad que nos llevó a juntarnos. El cuarteto de cuerda sin curiosidad pierde el contacto con su esencia; cuando se convierte en una máquina de hacer conciertos, traiciona su espíritu.

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