José Varela Ortega, Eduardo Serra y Juan Miguel Villar Mir
José Varela Ortega, Eduardo Serra y Juan Miguel Villar Mir - ABC

Seísmo en la Fundación Ortega Marañón: dimisiones en cadena y nuevo presidente

Eduardo Serra y varios patronos abandonan el proyecto y Villar Mir podría inyectar nuevos fondos y asumir la presidencia ejecutiva

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Un terremoto sacude una de las más importantes instituciones culturales de nuestro país: la Fundación Ortega Marañón (FOM). Este centro de investigación, docencia y consultoría inspirado por el espíritu liberal de sus fundadores constituye uno de los centros de conocimiento más prestigiosos del mundo de habla hispana, con publicaciones como la «Revista de Occidente», fundada por Ortega y Gasset, y cursos de posgrado que alimentan proyectos en universidades de distintas latitudes.

Ese espíritu liberal se ha visto quebrado momentáneamente, según ha sabido ABC de fuentes de la Fundación, por las tensiones del patronato que han generado una grave crisis institucional que deberá resolverse en un pleno del órgano rector convocado para hoy.

Fuentes del patronato hablan expresivamente de una tensión creciente durante los últimos meses.

Todo estalló el pasado 19 de julio en un pleno del patronato «bronco, duro, desagradable». Allí mismo dimitió de manera irrevocable el presidente ejecutivo Eduardo Serra, que ha ejercido durante los últimos 11 meses. Su decisión ha provocado la dimisión en cadena de otros patronos: Esperanza Aguire, Andrés Ortega, Fernando Vallespín, Emilio Lamo de Espinosa, Javier Gómez Navarro, Pilar del Castillo, Inés Alberdi... y otros nombres que no hemos podido confirmar, según las citadas fuentes. Todos son importantes, pero para calibrar la hondura de esta crisis basta recordar que entre los patronos dimisionarios hay algunos, como Lamo de Espinosa que está en la Fundación desde sus inicios.

Problemas de deuda estructural

La FOM atraviesa problemas económicos por una deuda estructural que fuentes de la institución cifran en 2,5 millones de euros, más o menos la mitad de su facturación anual. Eduardo Serra había diseñado desde su llegada un plan de viabilidad que sometía al criterio del patronato y pasaba por mejorar la gestión y detener las crecientes pérdidas que ocasionaban algunos activos de la Fundación, que iban a enajenarse para recuperar una marcha sostenible.

Pocos detalles más han trascendido. Pero esa solución chocó frontalmente con otro modo de resolver los problemas sin enajenar nada. Quienes han vivido el último patronato hablaron bajo condición de anonimato con este diario de muchos ingredientes conflictivos: «Hay deudas, sí, pero también personalismos y dos modelos de gestión contrapuestos». Más allá de la relevancia de los nombres, quienes conocen el problema lamentan habier vivido esta crisis en una institución que se ha distinguido por concitar el consenso y la excelencia cultural y que proyectaba hasta ahora una imagen muy positiva dentro y fuera de España.

Otra clave está en los estatutos de la FOM, que otorgan un papel muy singular al nieto del filósofo José Varela Ortega, «presidente institucional» con el poder de nombrar patronos y proponer presidentes ejecutivos. Un poder que ha usado discrecionalmente en las últimas semanas para completar un patronato favorable. En la reunión de hoy Varela Ortega presentará la propuesta de nombrar a un nuevo presidente ejecutivo.

Todo apunta a que será Juan Miguel Villar Mir. Según las citadas fuentes, el empresario estaría dispuesto a aportar los fondos que saquen a la FOM de los números rojos. Pero la dimisión de Eduardo Serra y un número notable de patronos muestra que esta solución se ha convertido también en un problema grave de convivencia.

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