Parte de «La ética del polvo»
Parte de «La ética del polvo» - ABC

Huella española en la cuna de la democracia

El historiador Jorge Otero-Pailos crea «La ética del polvo» en Londres, que pasará a considerarse patrimonio nacional

Corresponsal en Londres Actualizado: Guardar
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Te entran ganas de ser diputado. Londres ha regalado una soleada mañana post- Brexit y aquí estamos, dos españoles tomando café en una de las terrazas privadas sobre el río donde se solazan los parlamentarios. Sus señorías engrasan sus negociaciones y se recrean en los múltiples bares y restaurantes del Parlamento. En la anterior legislatura, se consignó que los inquilinos de los Comunes trasegaron 25.000 botellas de champán francés.

El Támesis corre bajo nuestros pies con su irrecuperable tono ocre. Enfrente vemos el London Eye, la noria que saludó el siglo. Los venerables muros de Westminster protegen nuestras espaldas. Hemos podido acceder a esta zona gracias al pase especial de mi interlocutor, Jorge Otero-Pailos, un arquitecto, artista y conservacionista madrileño, de 45 años, que desde hace tres décadas trabaja en Nueva York, donde vive con su mujer, francesa, y sus hijos («con los que en casa siempre hablo en castellano»).

Jorge, de ojos claros, pequeños y agudos, es reflexivo y amable. Se ha pasado largos meses en esta casa, la cuna de la democracia actual, porque es el autor de la primera obra de arte moderno instalada jamás en el Parlamento británico. «Tardamos dos años», recuerda. El artista es también director de Preservación Histórica de la Universidad de Columbia.

«Estoy orgulloso como español de haber podido hacer esto. Os agradezco que os interese; es importante para mí que llegue a España. La verdad es que ha sido casi como un milagro. Nos dieron luz verde solo dos días antes del referéndum. A veces pienso que si hubiese sido tras salir el Brexit ya no lo habrían autorizado».

El artista madrileño Jorge Otero-Pailos junto a la imagen de «La ética del polvo»
El artista madrileño Jorge Otero-Pailos junto a la imagen de «La ética del polvo» - ABC

—¿Por qué se le ocurrió esto?

—A mí siempre me ha interesado cuidar de las cosas. Hacer un arte que al mismo tiempo que es nuevo cuide de lo existente. Me interesa la historia, la continuidad en el tiempo y algunos objetos que nos han ayudado a ella, que nos permiten proyectarnos más allá de nuestra vida, que al final es muy corta. Me fascina la mente humana, el hecho de que seamos capaces de proyectarnos más allá de nuestra existencia.

—Westminster Hall es entonces uno de esos objetos para proyectarnos…

—Claro. Este edificio tiene mil años. Este sitio nos ayuda a pensar cómo serán los próximos mil años, qué tenemos que hacer hoy, qué decisiones debemos tomar para que siga en uso continuo como edificio gubernamental. Es una invitación a reflexionar sobre eso y también sobre el medioambiente en que vivimos.

—La mancha de la contaminación ha escrito esta especie de tatuaje de la democracia inglesa.

—Me interesa la polución que generamos. El polvo de estas paredes suponemos que es el de los últimos doscientos años, porque creemos que esta pared se limpió tras el gran fuego de 1834. La obra crea un espacio entre el mundo premoderno y el moderno. Por esa gran puerta entraba la polución de Londres, la famosa London Fog, una ciudad donde no se veía el sol. Pero no se veía por la contaminación, no por otra cosa. La pieza es también un registro de la contaminación medioambiental.

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