Las Fiestas de San Isidro de Yecla celebran el 200 aniversario de su origen

Nunca imaginaron aquellos 32 agricultores yeclanos, cuando en 1816 se agruparon para constituir la «Empresa de Iluminación de Aguas de San Isidro», que estaban plantando la semilla cuyo fruto daría lugar a las populares Fiestas más multitudinarias, participativas y coloristas que vive Yecla durante todo el mes de mayo.

Se cumplen, pues, dos siglos de aquella efemérides que las Fiestas de San Isidro Labrador de Yecla celebran por todo lo alto durante octubre con un amplio programa en el que destaca el viaje a Madrid para visitar la Real Congregación de San Isidro, la Colegiata, la Capilla y la casa donde sirvió el Santo Patrón de los Agricultores. Además, también se presentan un video y exposición conmemorativa que rescata la sociedad yeclana de hace 200 años, una costumbrista representación teatral, una gran cena de gala y hermandad y una romería extraordinaria hasta el «Cerrico de la Fuente», en cuyas inmediaciones echó a andar hace dos siglos aquel pozo de regadío, y cuyo gran éxito redundaría en que el citado pozo de agua fomentara el culto a San Isidro, sufragando una imagen y una capilla en la ermita de Santa Bárbara.

Posteriormente, en 1849, instauró una novena dedicada al santo y a su esposa Santa María de la Cabeza que también daría nombre años después a un segundo pozo, según los datos sacados a la luz por Daniel Andrés Díaz y Francisco J. Carpena Chinchilla, los dos investigadores locales que más han ahondado en las raíces de esta tradición y cuyos hallazgos históricos plasmaron en el libro «Las Fiestas de San Isidro de Yecla. Orígenes, Documentos e Historia».

Homenaje a las raíces agrícolas

Organizadas por el Ayuntamiento y la Federación de Peñas, que representa a más de medio centenar de agrupaciones peñeras, las Fiestas de San Isidro de Yecla son, junto a las Celebraciones Patronales de diciembre en honor a la Virgen del Castillo, las más arraigadas en las señas de identidad de los yeclanos y que constituyen un multitudinario y original derroche de colorido y participación donde se involucra toda la ciudad en este masivo homenaje a las ancestrales raíces agrícolas de Yecla, el último municipio del noroeste murciano que linda con de las provincias de Albacete, Alicante y Valencia.

Las Fiestas de San Isidro empiezan a prepararse a fondo nada más comenzar el año, cuando las peñas sanisidreras acuden noche tras noche para, robando horas al sueño y a base de desbordantes dosis de imaginación, creatividad y tesón, ir construyendo las artesanales carrozas que elaboran con estructuras metálicas y de madera que luego cubrirán con miles y miles de pequeños cucuruchos de papel de seda, o «papelicos», de todos los colores, recortados y pegados a mano pacientemente. Será el sábado más cercano al 15 de mayo cuando estas genuinas e incomparables obras de arte saldrán a la calle protagonizando la Gran Cabalgata de Carrozas, única en su género en todo el mundo.

Mientras tanto, el ambiente sanisidrero irá paralelamente subiendo de temperatura con la presentación del cartel y el programa oficial que pasa revista, una a una, a todas las peñas federadas; la jornada en el «Cerrico de la Fuente» dedicada a recordar los juegos populares que entretenían a nuestros abuelos; la inauguración de Los Ventorrillos, el recinto al aire libre donde las peñas trasladan sus sedes para celebrar allí todos los encuentros y convivencias gastronómicas; la Proclamación de Reinas y Damas y el Pregón que cada año acoge el Teatro Concha Segura, y las grandes romerías que tienen lugar estos días: la Ofrenda Floral tras la Misa Labradora, el Traslado de las imágenes de San Isidro y Santa María que presiden estos días, el desfile labrador hasta la ermita de Santa Bárbara, en cuya puerta prende la hoguera de sarmientos, o la romería campera que recorre de punta a punta los dos barrios que conforman la pedanía de Raspay.

Gran Cabalgata de Carrozas

Pero como ha quedado dicho, es el sábado de la gran Cabalgata de Carrozas el epicentro de las Fiestas de San Isidro en el que Yecla entera vive en sus calles este inmenso homenaje a las raíces agrícolas de la ciudad que hoy comparte sus campos y sus reconocidos vinos con sus emprendedoras fábricas de muebles y tapizados.

Desde primeras horas de la mañana, tras almorzar las obligadas y típicas gachasmigas, las peñas comienzan a montar y abrir sus locales en cocheras y portales, e innumerables grupos de amigos y familias enteras se suman a ellas instalando barras y mostradores a lo largo del recorrido de la Cabalgata en los que obsequiarán los manjares gastronómicos más típicos a propios y extraños: exquisitos productos de la cocina tradicional yeclana regados con los excelentes vinos de la Denominación de Origen Yecla, la única de España perteneciente a un solo término municipal. Embutidos, queso frito, habas, pimientos y magra con tomate, huevos duros, bocadillos, son ofrecidos generosamente y en abundancia a todos los transeúntes al mismo tiempo que por las calles más céntricas desfilan las artesanales carrozas adultas e infantiles entre serpentinas y confetis, charangas y bandas de música, y miles y miles de participantes y espectadores, desde primeras horas de la tarde hasta que, al anochecer, los más jóvenes siguen la Fiesta en los conciertos y actuaciones.

Al mismo tiempo, Yecla empieza a caer rendida buscando el reconfortante descanso mientras comienza a la vez a planear las Fiestas de San Isidro Labrador del año siguiente, tal y como ha venido ocurriendo siempre, desde hace ahora justamente dos siglos.