Fernando Aramburu: «Creo que los libros nos hacen más inmunes al fanatismo»

El autor de «Patria», el gran fenómeno editorial del año, participó ayer en la jornada final del Hay Festival de Segovia

Fernando Aramburu y Jesús García Calero, durante la charla A. TANARRO

GUILLERMO GARABITO

En el cierre del Hay Festival de Segovia caben desde las mesas más remotas, con autoras venidas desde los Balcanes como Andrea Marcolongo para presentar su libro «La lengua de los dioses», hasta charlas con escritores consagrados como Fernando Aramburu (San Sebastián, 1959), actual número uno de ventas con «Patria».

La Fundación José Manuel Lara y ABC organizaron la conversación con el autor en el festival segoviano. El escritor vasco hizo su entrada en un Aula Magna repleta por una legión de lectores que esperaban desde mucho tiempo antes del inicio. Muchos acudían con el libro bajo el brazo con la esperanza de que Aramburu estampara en él su firma. Hasta el convento de Santa Cruz la Real , donde se celebró la charla, se acercaron más de seiscientas personas para escuchar cómo se tejió el gran éxito de editorial del año. «Estoy un poco protegido de esto del éxito, que además es una cosa que deciden otros. Lo digo porque resido en Alemania, donde los ecos llegan asordinados… Aunque he tenido que aprender a gestionarlo, no estoy acostumbrado a que el taxista me hable de mi propia novela», confesó el escritor.

Con el autor vasco conversó el redactor jefe de Cultura de ABC, Jesús García Calero , quién abrió el acto preguntándose acerca del enorme éxito alcanzado por «Patria». «¿Por qué ha ocurrido esto en un país donde nos quejamos de que la lectura es una sequía? ¿Quizá es el libro que íbamos necesitando? ¿Tal vez porque nos ha contado la historia completa ?», preguntó el interlocutor. «Esto sólo se sobrelleva no olvidando que es un libro escrito en soledad. No dejo que me cause más trastorno que el que me ha causado. Todos positivos, claro. No concibo “Patria” como el final de nada, sólo un paso más», aseguró Aramburu.

Sobre los cimientos del primer monasterio dominico de España, ahora convertido en campus universitario, Aramburu fue sentando cátedra en lo que a literatura se refiere. A la pregunta de «¿cómo concibió la obra para no hurtar ninguna de las dos versiones del relato?», el escritor vasco aseveró que «la decisión fue de tipo técnico. No parto de una historia resumida. Lo suyo era crear un dibujo lo más amplio y complejo posible. Lo que yo no quise en ningún momento, y es un reproche que algunos hacen, fue juzgar. Sólo referirme al cuadro de Goya de los fusilamientos del tres de mayo. A la izquierda los madrileños, a la derecha la fila de soldados franceses. Yo puedo pensar que Goya tuviera sus preferencias personales . Pero él, como pintor, debía prestar la misma atención y el mismo esmero a unas figuras y a otras».

Sobre la situación que se vive actualmente en el País Vasco, el novelista lo comparó con lo ocurrido en Alemania tras la Segunda Guerra Mundial. «Le pregunto mucho a mi suegro -alemán-, que era un adolescente entonces. Me habla mucho de los silencios . Después de la guerra la gente no tenía la menor intención de reflexionar, sólo querían rehacer sus vidas, compartir lo poco que tenían. Se produjo un silencio que se parece un poco al de la sociedad vasca ahora. Un silencio y deseo de cierre, de superar heridas».

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